Me he quedado perplejo y sorprendido por la satisfacción de los corifeos de la Casa Blanca, manejados por el “valido” de Florentino Pérez, que resumen un maravilloso comportamientos de los gerentes blancos para disminuir la plantilla. Alucino en colores, como si hubiera tomado un poco de ácido.
Sometidos por el “valido” los “corre ve y diles” no mencionan que James, un buen jugador, se lo regalaron al Everton. Es cierto que el equipo inglés le paga la ficha, pero no ha pagado ni una libra esterlina por su traspaso.
Zidane regala a Bale al Tottenham, por un puñado de euros que dejarán de pagar de su ficha. Y venden a precio de “ganga” a Reguilón, posiblemente uno de los mejores laterales del mundo.Mourinho se frota la manos. Da encarecidas gracias por poder tener una banda izquierda de superlujo y un equipo que será más goleador que el Madrid, con Keane y Son.
Por no hablar, de otra ganga al Inter. El traspaso al mejor lateral derecho del mundo, el marroquí Achraf. Más una cesión lastimosa de Braihm.
Todos los regalos, la ruina económica y la salvajada maniquea tienen al mismo culpable: Zidane. Un entrenador, que por ser quien dice que es, desprecia, fulmina y expulsa y dinamita con sus maniqueas fobias de cacique del Tercer Mundo. De donde procede, de Argelia.
Es el mismo Zidane que ha devaluado hasta el paroxismo a James, hasta llevarlo al psicólogo, como sabemos. Ha matado, despreciado, humillado y maltratado a Bale, ganador de cuatro Copas de Europa, en los cinco años en Zidane le dejó jugar.
Bale es culpable, porque tuvo la insolencia de decirle a Zidane tras la Champions de Kiev, que no seguiría en el Madrid si no se le ponía. Con la salida de Ronaldo, Zidane se cagó y huyó como un cobarde. Y todo, porque Bale le había salvado el título con un volea mucho mejor que la suya en una final de Champions. Eso jamás se lo perdonó y lo ha tenido en el ostracismo, humillando en el banquillo, dejándolo fuera de las listas u obligándole a Bale a jugar como defensa derecho. Patético.
El caso de Acharf es un clásico problema de sectarismo, como se pudo saber. Zidane jamás soporto al marroquí, por ser marroquí y él argelino, amén de algunas opiniones políticas. Obligó el “monstruo de Marsella” a que le trajeran otro lateral, Odriozola, que ni daba la talla. Millones a la basura.
El caso de Reguilón es de patriotismo más entendido. Parece ser que Reguilón no habló bien de Zidane llegado un momento. A partir de ahí, lo hizo desaparecer y lo regaló en cesión al Sevilla. A continuación fue jugador clave del éxito europeo sevillista.
Se calcula que con lo que valían Bale y James en el mercado, más las “gangas” vendidas de Acahraf y Reguilón, porque no le gustan a “monsieur”, el Madrid ha perdido más de doscientos cincuenta millones de euros, en plena pandemia. Sólo por un capricho de un Zidane, que tiene secuestrado claramente a Pérez, desde que le salvó de los gritos de protesta, cuando Solari fue decapitado.
Lo peor está por venir. Zidane se queda con un equipo “viejo”. Con cantos de cisne de Sergio Ramos, Marcelo, Modric, Kross, Benzema e incluso su Hazard dichoso, el llamado “mister aluminio”, que parece perdido para siempre, mientras él consideraba que era su gran relevo a Bale. Increíble, cuando toda la prensa inglesa reflejaba que Zidane había fichado a un cojo.
Por no hablar de esos simulacros de promesas ridículas como Vinicius y Rodrygo, que ha costado 120 millones de euros por una ficción supuesta. Más un Asensio que no sabe si va a recuperarlo. O su recomendado Jovic, que es un «paquete».
Todo condimentado con su propia “guardia pretoriana” de habla francesa, de los que se fía, como Courtois, Varane, Mendy, Benzema y el “gran” Hazard. Absoutamente patético, delirante.
Zidane es la ruina del Real Madrid. Zidane y solo Zidane ha dejado al Real Madrid al borde de una nueva burla europea. Por culpa de sus su desastrosas fobias, que ya habría llegado a lo más horripilante, con la última tragedia ante un Manchester City en horas bajas.
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