BALE, EL «TONTO» UTIL

OSASUNA14REAL MADRID

Formidable triunfo blanco en uno de los terrenos más pantanosos de la Liga. Una victoria estructurada en el cabal sentido común, en la disciplina y en la seriedad. No sé cuantos cambios hizo esta vez Zidane. Siete u ocho, pero no jugó a su particular ruleta rusa. No metió ni una sola bala en el tambor del arma. Jugó con todos los que le dieron el título en Kiev, menos Kroos y Ronaldo. Las tonterías las mínimas.

El resultado, excesivamente abultado, es la contingencia de una racionalización de los espacios, con una defensa muy consolidada, con la inclusión del Mendy que va a acabar con la soberbia carrera de Marcelo y con el eje central, el poseedor de todas las neuronas en el juego madridista. Ese auténtico talismán de Casemiro es el azote de los equipos que se atreven a intoxicar al equipo blanco.

Osasuna tiene mucho coraje, velocidad, ansia, pero carece de personalidad futbolística, de jugadores decisivos. Hizo un gol, porque se la tragó Courtois, pero con su bajas y con un sólo delantero natural le era imposible hacer un gol. A Osasuna le debió parecer una pared vertical. Demasiado para un conjunto que carece de deportistas de riesgo extremo. Muchas bajas y y la ausencia brutal de su goleador esencial, el nervioso Chimy Avila. Mediocre planteamiento conservador de Jagoba Arrasate, incapaz de dar soluciones ante la seriedad madridista.

La mezquindad de Zidane con Bale es enfermiza. Sólo lo saca al ruedo cuando tiene “miuras” por delante, con un lateral tan incisivo como Pervis Estupiñan, como Djené el día del Getafe y más difícil con Jordi Alba en Barcelona. Todos los partidos con los “duros” los ganó el Madrid, menos el de Barcelona, que empataron, con gol anulado a Bale.

El «fenómeno» Lucas Vazquez

Pero hay mucho mongólico suelto que eso ni lo reflejan. La idiotez periodística deportiva actual, lo que es “cool” es meterse cobardemente ni con el que se defiende. Ni en español ni en ingles. Zidane lo pervierte de lateral derecho, con predisposición ofensiva. Cuando es imposible que tenga ritmo de juego, porque ni juega ni se le convoca.

No entiendo el sentido madridista de Bale. Es como Robinson Crusoe, en una isla desierta que él mismo se ha creado en el bosque de su mente. Ignoro la razón de quedarse, a menos que sea masoquista, por mucho dinero que le den. Hubo una escena que me dejó perplejo. Al llegar al descanso, Zidane lo despreció camino de los vestuarios, mientras sonría y hablaba con Modric, mientras que a su “hijo” Benzema lo arropaba a con su brazo en la cintura del “ariete” camino del vestuario. Salvo el gol que ese fenómeno que es Lucas Vázquez casi no marca, Benzema hizo un partido deplorable, inerte, estúpido. Y, al final, tuvimos el “show cómico” de Vinicius con sus habituales querellas contra el sentido del gol.

En cualquier caso, el triunfo del Real Madrid en Pamplona es la peor noticia para el Barça del mediocre Setién. Es posible que en la cabeza barcelonesa se deduciría un tropiezo blanco en Pamplona, pero el Madrid de Zidane en la Liga, fue como ese barco “rompe- hielos” que avanza entre la fuerza y y los elemento físicos y metafísicos de la Liga. Enhorabuena al Real Madrid.

Los comentarios están cerrados.