Oscar, tendido sobre el césped tras la derrota. | AFP
El partido de la selección española con la holandesa fue el partido de la "risa" para críticos, periodistas y público brasileño. Se rieron de España a carcajadas. La humillaron hasta decir basta. El fútbol es muy cruel y sólo unos días más tarde, Brasil sufre la mayor humillación, el mayor desastre de toda su historia. La hecatombe, como si el Corcovado se hubiera caído de su monte en Río. El fin del mundo para Brasil, dado la absurda significación del fútbol en ese país absolutamente corrupto y dominado por una oligarquía que ha inflado más sus bolsas de cruzeiros, a costa del sufrimiento del pan nacional. Ojalá el pueblo se acueste y se rebele .Ya basta ya de tanta mentira.
Hemos visto al campeón del mundo, salvo que Van Gaal, con Holanda en la final, le imponga la mayor estrategia de la historia del fútbol. Alemania hizo el partido perfecto. Todavía no me puedo creer que el Bayern suelte por sólo 25 millones a Toni Kroos, el mejor jugador del posible campeón del mundo. Tampoco jamás entenderé a los tontos contemporáneos que dicen todavía que Khedira no es jugador para el Madrid. Son los mismos que dicen que Müller no es un delantero centro, como si esa posición ya no quedara obsoleta en el fútbol moderno. Los mismos que dicen que Casillas es el mejor portero del mundo. Algo que es un escarnio si se ve jugar Neuer.
No se puede creer en una selección en que nos hace tragar con que Neymar es el fenómeno más grande de su fútbol. Me da pena ajena. Cuando escribí que Brasil me daba lástima, me llamaron de un periódico de Sao Paulo para que escribiera y expusiera las razones de lo que decía. No me extraña al ver a David Luiz que Mourinho se lo haya quitado al precio que fuera. Tampoco quiere a Oscar. A lo mejor le gusta a Luis Enrique, pero creo que prefiere jugadores que muerdan.
Lo escribí desde el primer día, Brasil era una farsa, como este Mundial de calor tropical, preparado para que ganara Brasil. La FIFA se dio cuenta precisamente en Belo Horizonte, cuando Chile le metió un meneo de que la selección del viejo Havelange no tenía nada de crédito. Ahí perdió el favor de la FIFA. Belo Horizonte sólo atiene sesera por ciento de humedad y veintiún grados.
Dejo para el final a Filipao Scolari. Es el villano más grande en la historia del fútbol brasileño. El técnico que con su torpeza y estupidez ha acabado con la leyenda del fútbol brasileño. El fútbol de Pelé, Garrincha, Zico, Falcao, Romario, Ronaldo, etc.. . Su estrella Neymar es el claro ejemplo de una estrella que ni luce ni brilla y es sólo una especie de marioneta de Scolari, el verdadero impostor, como un pobre ejemplo de Mago de Oz.
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