EL CHOLO SE FLAGELA

Simeone se fue rumiando el día del Rostov y se fustigó el mismo al acusarse de haberse equivocado, con errores de técnico novato. En Anoeta se ha vuelto a flagelar. El Atlético volvió a jugar mal, sin nervio, sin fuego en el alma, sin ese ardor invencible al que somete Simeone a sus jugadores.

¿Que le pasa al Atlético de Madrid?. Me van a contestar que nada, absolutamente nada. Se ha metido en octavos de final de la Champion a la primera. Aunque también puede verse el reverso de la moneda. Perdió en Sevilla y perdió en Anoeta, dos partidos seguidos lejos del Manzanares. Como en el Pizjuán, un santo error de Illarra, pudo ponerle por delante con el remate a Gameiro. Pero sólo con eso, vencer fuera de casa, es poco o casi nada.

El otro día, el propio Simeone se echaba la culpa, porque a Koke le obligaba jugar muy atrás y perdía la perspectiva agresiva y resolutivo de cara a la portería. Lo mismo se puede decir de Griezmann. Su estrella, su goleador, su “santo”. Y es que en la mayor parte de los noventa minutos, juega a cincuenta, cuarenta o treinta metros de la portería. Pierde todo el fuste. Sólo en las perversiones de los atracones finales aparece donde debe estar…

Hay otra circunstancias que ensangrentan aún más las heridas de Simeone. Gabi no se encuentra en disposición física para continuar siendo el gran capitán. Juega las segundas partes a medio gas. A su edad, el esfuerzo de dos partidos por semana, se paga. Claro que se podrá decir que Saúl ya no es el que era. ¿Donde está aquella supersónica estrella del gol al Bayern?.

Y es cierto: la gran retaguardia y Oblak sustentan los cimientos del Atlético. Pero si le tiran dos penaltis, ya es casi imposible que aparezca San Oblak. Por cierto, el segundo penal, el de Correa, es el típico de un delantero que no sabe defender. ¿Qué hacía encerrado en el área un delantero?. Esa era una más del galimatías táctico del Atlético en Anoeta.

Tras un inicio pésimo de liga, la Real Sociedad se sustenta por manejar el balón con cordura, con serenidad, a veces con parsimonia. A su favor, ha recuperado a Carlos Vela, que fue la pesadilla rojiblanca. La Real hizo el partido perfecto ante un enemigo como el Atlético.

No creo que esta crisis sea una condena para el Atlético. Todavía el Atlético puede manejar una serie de recursos. Pero el nudo gordiano del problema está en los dos pivotes. Le doy la razón a Simeone que la lesión del argentino o italiano Agusto Fernández ha sido una pequeña tragedia. Baja decisiva, porque Koke es un desperdicio como pivote.

Al final, Simeone resurge como Jerjes , rey persa, que ordenó flagelar al mar por parte de sus soldados, por una serie de equivocaciones del monarca. Se llamó La Flagelación del Helesponto. Esta, simplemente, ha sido la de Anoeta.