CRÓNICA DE UNA MUERTE AUTORIZADA

En la entrada de la puerta 7, un chico llevaba una bufanda del Madrid, con el nombre de Mourinho. Ante su estupor y desorientación, un agente de seguridad, imagino que contratado por el club, se la ha quitado y le ha anunciado que al final se la devolverían. Por supuesto, el chico, aunque estupefacto, ha decidido ver el partido sin ella.

Hay algo reaccionario, retrógrado, profundamente decimonónico en las formas del Real Madrid. Aunque me cuelguen del palo mayor, ese absurdo y carca sesenta por ciento de público y periodistas deportivos es el culpable de que el Madrid acabe esta temporada como un equipo perdedor.

Se trata de esa misma jauría tradicionalista que defiende a Casillas con severa y perpléjica defensa numantina, francamente decadente. Esa misma gente que ha dicho por activo y por pasivo que Ancelotti era el gran entrenador del Real Madrid, el gran valedor de esos jugadores maravillosos que jugaron maravillosamente ante los monaguillos del Papa en el Mundialito.

Son los mismos que han idolatrado hasta el paroxismo a jugadores como Isco y James, cuando no pasan de ser dos buenos jugadores de equipo medio en Europa. Los mismos que decían que Ronaldo era mejor que Messi. Los que han adorado a Benzema, que es el ejemplo más repelente de lo que no debe ser un ariete. Esos mismos que me llamaban analfabeto futbolístico cuando decía que Morata era un «fenómeno» si se comparaba al francés. Bueno, Morata ha matado al Madrid. ¿Que puedo decir más?

En fin, hasta esos mismos que denunciaba Joaquín Costa y que desprecian lo de fuera. A Bale sólo les ha faltado intentar que lo sodomizaran. Hasta el punto de quitarle cualquier gota de sangre de seguridad. Son los mismos reaccionarios manques que apoyaron el golpe de estado de Casillas y Ramos para acabar con el perverso, el maligno Mourinho. Cuando Ancelotti, hasta con mucha suerte, sólo había recogido los restos del equipo que le dejó Mourinho para ganar el falso espejismo de la Décima.

Crónica de una muerte autorizada por el madridista más rancio. He contado -tengo mucha paciencia- las 22 ocasiones en que he escrito esta temporada que el Madrid se ha desarmado por culpa de la ausencia de trabajo en el inexistente sistema de Ancelotti. Cualquier equipo trabajado, semiacabado o interno en un manicomio le ha dado todos los problemas al Madrid del ‘marqués del grillo’, que me acusaba de esperpento por sentir compasión por sus torpezas técnicas. Creo que junto a García Remón es el peor entrenador que ha pasado por el Madrid en los últimos 30 años. Incluso peor que López Caro. Un desastre. Es el gran culpable del fracaso de esta temporada. Y ¿cuánto tiempo llevo anunciando esta muerte anunciada madridista? Incluso antes, bastante antes de Navidad.

Sólo espero que sea el último año que tenga que soportar los ridículos planteamientos de Ancelotti, las cantadas perpetuas de Casillas, el juego de salón de Isco y James, el gato sin botas de gol que es Benzema y el narcisismo y egocentrismo espasmódico del fenómeno de Madeira. Incluso no tendré que defender a Bale, porque este tiene ya medio billete hacia el Manchester City. Así que se acabaron los pitos también.

Nos vamos a entretener de cuál es la siguiente jugada de Florentino con Casillas y Ramos enroscados y líderes de un equipo que no tiene coronel que les mande. ¿Vamos a ver a Zidane? Insensateces de despachos. Aunque siempre hubiera sido peor un ridículo ante el Barcelona. Quizá ni lo sepa Luis Enrique, pero la Juve, que no es nada, pero que gana, es bastante más peligroso en una final que el desastre de equipo guiado por Ancelotti y capitaneado por Casillas y Ramos. Como decía Leonard Cohen, «luego tomaremos Berlín». Pero en este absurdo Madrid de Ancelotti ni siquiera llegaron a Manhattan. ¿Cómo, si no pudo con el Valencia, iba a poder con la Juve? Uno se esconde en la catalepsia futbolística.

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