¿CUAL ES EL CÁNCER DEL REAL MADRID? EL REAL MADRID

REAL MADRID10RAYO VALLECANO

Mi criterio es que el Real Madrid atraviesa una depresión traumática, producto de un insolente triunfalismo. El fútbol no tiene favoritos. Castiga a todo el mundo, sin tener en cuenta sus títulos, su personalidad y mucho menos su historia.

Es como si el Madrid, como entidad y jugadores, hubiera derrotado al pecado de jugar siempre bien. Se siente un ser superior, como el presidente, sentado ahora en un trono ficticio, que solo se tambalea, justo en el filo de un precipicio.

A Solari no le ha dado tiempo ni trabajar tácticamente a este equipo, que no tiene cohesión entre líneas, con el “balón de oro”, que conduce y conduce la pelota, sin la fuerza física de antaño. Con la frialdad de Kross, que para mí fue el mejor madridista, con permiso de Courtois, que una vez más, como en Huesca, salvó al Madrid de caer al abismo, sin remisión.

En sus dos partidos, con los dos colistas ha ganado pírricamente, con vergüenza y sin orgullo. Por no hablar de la tragedia con los rusos, en que el equipo de Solari se fue al fondo del mar como el Kursk.

Había indignación en las gradas blancas. Sobre todo, con Asensio, un apéndice de la propaganda blanca con los “balones de oro”, como si él fútbol fuera una cosa de individualidades.

Y aquí llegamos al nudo gordiano. No juega como equipo. Se confunde en la elaboración de su juego, demasiado desacompasado, porque ha salido de la anarquía de Zidane, al “guardiolismo” de Lopetegui y el espíritu “local” de Solari.

No hay nada más que ver como presiona al rival. Mal, tarde, como si fuera una manada de galgos que se han quedado cojos en un viejo canódromo. Y, finalmente, la puntilla. El absoluto despropósito de cara al gol. Benzema se equivocó una vez y metió el tanto, pero es una alma cándida muy técnica, que jamás está en el epicentro del peligro. Juega para abrir huecos, no para culminar. Y todo se camufla con ese soberbio meta belga.

El Rayo no tuvo la personalidad ofensiva suficiente para aprovecharse de la crisis blanca. Tuvo la gran oportunidad, pero la desperdició, porque jugó con cinco defensas, cuatro centrocampistas y un sólo atacante. Me llama la atención como casi la mitad del equipo, tienen la misma fisonomía de su entrenador Michel. Son jugadores pequeños, casi alfeñiques, sin potencia y sin la suficiencia técnica dl propio Michel. Luego, el disparate de tratar soldar esas estructura con unos cuantos negros de fortaleza supina. Es un coctel que no había visto nunca en el fútbol.

La melancolía blanca tiene como excusa la “huida” de Zidane y Ronaldo. No estoy nada de acuerdo. La temporada anterior fue tal desastre como hasta ahora. El equipo no jugaba a nada. Pero el espejismo de la final de la Champion resucitó a un moribundo en busca de agua en el desierto.

Así que el Madrid se ha metido en la UVI . La enfermedad blanca tiene varias características. Una mala planificación con los fichajes, jugadores con exceso de previlegios y prebendas y un hastío por ser siempre exigidos. Y los mejores están en el límite de la edad permisible.

Ahora, todo dependerá de ese mundialito para mayor gloria económica de la FIFA. Pero advierto que el primer frente será complicado con los“Antorazu” (cornamenta, en japonés ), que llevan en el mísmísimo escudo. Nipones que corren y vuelan, ayudados por unos cuantos brasileños en busca del yen. Mal asunto para un Madrid enfermo , que no querrá ni acordarse del “Ai no Corrida” de Nagisa Oshima .

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1 comentario
  1. carlos dice

    Buenos días: aparte del soberbio meta belga ¿ todo es tan malo ? Tan malo que aún sigue enganchado a liga, a la Copa, a la Champios y al Mundial de Clubs. Algo bueno habrá.
    Digo yo

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