EL BALSAMO DE NICOSIA

APOEL06REAL MADRID

El pobre Apoel era la rana y el Real Madrid, desde luego, el escorpión. Y se cumplió la fábula. El escorpión pica a la rana. La rana, al sentir picotazo y darse cuenta que iba a morir, le preguntó al escorpión: ¿Por qué me has picado, escorpión? ¿No te das cuenta de que tú también vas a morir? A lo que el escorpión respondió: no lo he podido evitar.

Mi moraleja es que, aunque el sentido común dicte lo contrario y acabes perjudicando a los que te ayudan, no puedes dejar de ser quien eres. Hay que reivindicar tu naturaleza de ganador, de depredador de la Champion. Es el Real Madrid, aunque los chipriotas, como la rana, le hayan ayudado al Madrid atravesar su río de su contracorriente de su crisis.

Este bálsamo de Nicosia es peligroso también, porque se dirá que es un resultado increíble y que prueba que la recuperación blanca es más que espejismo en el desierto blanco. Cuidado, porque la rana chipriota era como un equipo de Segunda División B. Me apuesto a lo que quieren que hasta el Castilla liquidaría a este pobre equipo sin dinero, con goleada incluida. Me ha dado mucha pena el portero canario del Apoel, que ha luchado mucho hasta pagar con los guantazos madridistas. Ha sido como un muñeco del «piam-pam-pum» de feria. Siempre quedará el recurso de que meter tantos goles en la Champion no es nada fácil, absolutamente, no. Aunque, con todo, el Madrid va a volver a ser segundo en su grupo, como en las peores pesadillas de la Champion.


Circula el rumor de que Ronaldo culpa la lentitud del juego del “genio” Isco en sus aspiraciones goleadoras. Siente que le perjudica muchísimo, el paso tortuga del próximo «balón de oro». Lo cierto es que sin Isco, Cristiano ha vuelto a golear y sentirse más ligero. Incluso el segundo gol, el que le abría las puertas de gol a Benzema, fue un centelleante contragolpe que con la B-B recordaba los mejores tiempos de Mourinho.

Se necesita al Madrid en la Liga, porque despegarse de la competición, aunque el Valencia se postule como el gran pretendiente, una Liga sin el Madrid latente, el campeonato pierde tensión, emoción gloria, significación.

Ha sido una sesión de baño y masaje, en la ciudad más extraña del mundo, donde una calle divide a dos países. Esa Madrid ha sido también puro “géminis», con dos caras. En cualquier caso, el Madrid debe volver a ser el “Rey Escorpión” .

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