EL DISPARATE DE SOLARI

Indignante partido del Real Madrid. Posiblemente, la mayor vergüenza en la Champions en los últimos años. No se puede permitir semejante escarnio, aunque era un partido sin ninguna significación especial, pero cuanto menos un respeto a la mejor competición del mundo y la limpieza de la Liga europea. Deleznable.

Solari se cargó el partido y fue el único responsable de una irresponsabilidad y un desvarío a lo que significa la Champions. Probablemente, el argentino se creyó que jugaba un partido de Copa, pero la española y que el CSKA era el Melilla.

El técnico ha pecado de bisoñez, que le queda mucho banquillo para aprender y discernir lo que significa un equipo grande y cuando meter y no meter la pata.

Así que se cargó el partido desde el primer minuto al despreciar desde el inicio a Carvajal, Ramos, Varane, Modric, Kross , Bale y hasta de Lucas Vazquez. Hasta siete titulares. Se pegó un tiro en las dos piernas
¿En que pensaba Solari?. ¿Que se puede ganar un equipo de Champions con el Castilla?. Investido por los cortesanos de la Casa Blanca como el gran renovador, el nuevo inventor de jugadores de la cantera, se atrevió a jugar con el petardo Vallejo, con un nervioso Odriazola, un despistado Javier Sanchez, un caótico Valverde, un pesado Llorente y un “verde que te quiero verde” de Vinicious, que no le llega ni al tacón de Robinho. Un disparate.

Pero es que encima dio galones a un ridículo Benzema y a ese par de “balones de oro”: Asensio e Isco. Dos fenómenos. Un par de rémoras absurdas en el Real Madrid. Aún asó sus agentes promuevan una propaganda de que van a ser fichados por equipos deslumbrantes. En el caso de Isco, no se vende ni con el lazo que le quieren poner a Bale.

El CSKA parecía un tanque ruso, que cada vez que dirigía el cañón hacia el inerte Courtois, cundía el pánico en la absurda retaguardia blanca. No había ni calidad ni imaginación ni un planteamiento decente. Y me temo que ni siquiera estudió el partido. Ni tácticamente y casi estoy seguro de que ni vio el partido de ida en Moscú. Un desastre que deja a Solari al borde abismo.

Para rematar la necedad de decisiones, se le ocurrió sacar a Bale de ariete (?) y se lesionó, como casi siempre. Quiso arreglarlo con Kross y Carvajal. Era ya demasiado tarde.

No le gusta al madridista este tipo de ridículos que recuerda la calamidad de Eibar. Son dos manchas negras, como si fueran petróleo en el mar blanco. Un chapapote que puede envenenar al Real Madrid y a su propio honor.

Claro que a lo mejor quiso ser el nuevo Papa Noel de los rusos. Aunque en realidad fue el Grinch. Ni con su regalo de Navidad, pudo que los rusos fueran terceros. Todo un desvarío de un entrenador que está más verde que el mismísimo Vinicious . Su extravagancia le puede costar un monstruoso futuro.