ATHLETIC DE BILBAO | 1 | 2 | REAL MADRID |
El Madrid ganó en San Mamés, porque el pundonoroso equipo de Marcelino no les mete un gol ni a diez portería juntas. Y jugó el líder con excesivo escepticismo, con infinita precaución. Tan sólo con la obsesión de sobar la pelota, sobre todo en la segunda fase.
Salvo el episodio final de goles fallados del Madrid, no tuve el líder sentido de la verticalidad. Como si pasara de puntillas por el partido.
Como si pensara que los tempranos goles de Benzema eran más que suficientes para salir airoso de un partido “muy covid». Hasta Kroos hizo un partido mediocre y falló un gol final, que lo mete hasta un niño.
Con todas las precauciones para no caer en cualquier enfermedad, el mejor, una vez más, Militao . Ni necesita a Alaba , que está demasiado lento. Y Nacho siempre sale airoso de cualquier compromiso. Y me gustó Camavinga . Es un jugador que cae en errores juveniles de acné de fútbol, pero tiene una condición física majestuosa y aguantó todo el partido incluso con elegancia en ocasiones o con solvencia para dirimir con el enemigo.
No quiero extenderme en Hazard. Está muy cerca del reino de los jubilados, cada día me parece que puede jugar sólo en un partido de solteros contra casados. Siempre para el juego. Nunca se va de nadie y cuando se fabrica un gol, lo deja a la defensa contraria , porque tiene pánico absoluto de fallar en jugadas decisivas. Luego, tuvo un tiro con la zurda, pero fue al centro de la portería del meta suplente del Athletic.
El grave problema para el Madrid es Vini. Los gurús y la prensa adicta a la Casa Blanca han ayudado a al público a crear una especie de monstruo, que se cree algo maravilloso, único, como una figura de circo, como si se metiera con los “leones” para domarlos. Lo cierto es que no doma a nadie. No se va de nadie y tiene un sentido obtuso de lo que es la popularidad. La fiebre Vini le está haciendo mucho daño. Lleva partidos mediocres, sin marcar y sólo como si tuviera un escenario para él solo cuando lleva la pelota. Ahora entiendo más que nunca cuando Benzema no le entendía. Yo, tampoco.
El Athletic jugó la baza de ese chutazo , que ni él mismo Sancet se esperaba para sobrevivir en un San Mamés excesivamente excitado, como el mismísimo Marcelino, como si el Athletic jugara una final. Eso de ganarle al Madrid es algo lujurioso , aunque luego pierdan como vulgar equipo hasta con cualquier colista o vice-colista. Esa taquicardia que provoca Marcelino a sus jugadores es la que incita a una ansiedad extrema y nubla la posibilidad de hacer un gol. Marcelino sabrá, pero su equipo corre mucho , pero no juega a nada. Que se lo estudie.
Así que esta Liga es como aquel anunció del detergente que decía “lava más blanco”. La liga todavía luce como un sábana blanca impoluta. Una Liga que partidos tan precavidos como el de San Mamés sirven para distanciar y provocar la histeria y nerviosismo a los equipo más famosos de España.
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