PSG | 3 | 0 | REAL MADRID |
El Madrid nunca existió en el Parque de los Príncipes. Zidane ardió en la hoguera de un París, como en la película de Rene Clement y el guión de Coppola. El Paris Saint Germain puso el fuego abrasador de un juego poderoso, rápido, incisivo y con la pasión precisa para desenmascarar un juego madridista caótico, triste, perdido, con la sensación de caos que es un puro reflejo de su entrenador.
Hablábamos del lúgubre Barcelona, el espejo de Valverde. El Madrid es el caos, el espejo de Zidane, que desde que volvió para salvar el cuelo de Florentino, sólo ha sido un esperpéntico entrenador, sin ideas, sin criterio, dominado por un poder omnímodo que le llevó incluso a machacar a Bale – fue el mejor en París- a James, Reguilón -ha traído un petardo llamado Mendy– e incluso destrozar el centro del campo con las salidas abruptas de Llorente y Ceballos, como regalos al Atlético de Madrid y Arsenal. También ridiculizó a Keylor Navas y apostó por un sin sangre Courtois, que fue absolutamente culpable en el primer tanto. La picardía de Di María, entró justo por el sitio que jamás el portero deja de cubrir.
¿Sigo? Sigo. El segundo gol de Di María, que tira sus anchas, con cuatro jugadores madridistas a cuatro metros del argentino. Militar reculado con miedo. El ridículo sistema táctico de Zidane con Hazard y Bale, a más de cincuenta metros de la portería y con James, veinte metros más atrás, sólo propició que Verrati y ese jugador absoluto que es Gueye, arrasaron a la lentitud e insolvencia de Casemiro y Kroos, que fueron borrados del campo, por presión y juego. Allá delante, sólo quedaba Benzema, que era imposible que pudiera aprovechar un balón.
La lentitud de ese «domador de tortugas» que es Zidane provocó que todos los delanteros recibieran de espaldas, sin siquiera un atisbo de un contragolpe, dada la lenta salida del balón de los madridistas. Sólo hubo un contragolpe en todo el partido, al principio, a pesar de que había utilizado a cinco jugadores para el centro del campo. Fue cuando James pasó en profundidad a Bale, pero al centrar el galés no había absolutamente nadie para el remate. Ni siquiera en sus espaldas.
No apretó el PSG en la segunda fase y de eso se salvó de un mayor ridículo Zidane. Para postre llegó el desatino final del marsellés. Quitó a Bale para que asomara un ridículo Vinicius. Por no hablar de Jovic y Lucas Vázquez. La gente se pregunta un día sí y otro también quien ha fichado a Militao, Mendy, Jovic e incluso al “paquete” Hazard. ¿Quien se lleva las comisiones de los fichajes?. Preguntas sin resolver.
Me dicen que acuchillo siempre que puedo a Zidane. Pero, ¿se imaginan si Mbappé, Cavani y Neymar hubieran podido jugar?. El cuatro a cero que recibió el Barça hace dos años, se hubiera quedado ajustado con la goleada grotesca del PSG.
Es ridículo. Surrealista la continuidad de Zidane al frente del Madrid. Espera el Sevilla, el Atlético de Madrid y, luego, el Barça. Me dicen que el cabreo del presidente madridista se oía hasta en Nôtre Dame, incluso como una plegaria. No sé lo que hará Pérez, pero Zidane ya no existe. Ardió en París.
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