El maestro Lopetegui de la nueva era del fútbol español se ha convertido en un iluminado. Es ya el nuevo rey Midas balompédico español. Lo que toca es consecuente y positivo. Por ejemplo, introduce en su posible equipo titular la polivalencia de Sergi Roberto y lo prefiere al cuchillo Carvajal. Le sale muy bien. incluso cuando lo había asociado con Nolito, que había sustituido a un flojo Thiago. Hasta la resurrección de Diego Costa fue decisiva en el primer tanto. En fin, todo le sale bien.
Bueno, no tanto. Porque su decisión de que los saques de esquina no fueran directos, repetidamente, nunca le salió bien. La soberbia es mala consejera. Aún así, hay una nueva doctrina llamada Lopetegui, una joven iluminación espiritual, con escalera hacia lo divino. Todo tan distinto al bigote reaccionario decimonónico de la lenta definición del balón del marqués, que fue era una especie de falso mensajero de dios.
Sin la rémora del “marqués de la suerte” hasta Lopetegui, un entrenador que ni siquiera había triunfado en el Oporto, se convierte en el profeta de la nueva era española. Silva se convierte en en el nuevo Xavi. Koke, en el nuevo Luis Suárez. y que decir de Vitolo, el nuevo Amancio, el nuevo Basora, un extremo derecho magistral, que confunde a los voceros del valido de Pérez, que creían que Lucas Vázquez era la joya de la corona, cuando es un pálido ejemplo ante el sevillista. En fin, un festival del nuevo iluminado, al parecer, con sentido de unidad en el universo futbolístico.
No es facil hacer ocho goles en fútbol mundial , aunque Linchestein sea el vomitorio de la basura del excremento de los paraísos fiscales. Un producto nauseabundo de la pestilente política de la FIFA , que defiende la representatividad de esa escoria de país futbolístico con la misma fuerza que España. Mientras , la competición se carga de partidos estúpidos como este. He escrito en infinidad de canciones, que como el fútbol de cualquier país, tendrían que existir ,al menos tres divisiones, aunque Linchestein sea de cuarta o de quinta. Pero amasar y amasar dinero es la asquerosa política de la FIFA emplean orgía de casos de corrupción, incluido que el mundial se juega en Rusa, con Putin de delantero centro.
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