REAL MADRID | 2 | 0 | VALLADOLID |
No se puede salir del infierno sin pasar por el purgatorio. El problema es discernir en cuantos días volverá el Real Madrid a tocar el cielo y en cuantas semanas más tendrá que sufrir el purgatorio. Hay que invocar al “candomblé“ brasileño, tras presenciar la carambola de Vinicius, ungido como el nuevo santo del Real Madrid, a pesar de sus limitaciones.
La resurrección blanca pasa por sus creyentes de que Vinicius tiene bajo los pies al dragón de la desgracia, simboliza la victoria de los creyentes madridistas y es el castigo de los herejes, que no creen en el imperio tras cuatro Champions.
Creo que el Madrid de Solari tuvo mucha suerte ante el Valladolid carismático de otro santo brasileño, Ronaldo. Ya no sólo por los tiros al larguero, que nunca entraron, sino porque el Real Madrid es tácticamente un TBO ya muy leído, como las aventuras de “Matilde, Perico y Periquín”.
Todos los rivales saben que en Chamartín basta con dos líneas de cuatro para convertir en un equipo de estrellas es un asilo de amanerados y mediocres futbolistas. Ni velocidad de balón ni nada que se le parezca. Jamás hay un pase a la espalda de la defensa, con lo que conviertes a Bale en un degenerado inútil. De hecho, ya está sentenciado por el Arzobispado de Canterbury. ¡Que se vaya ya; no lo quieren!
Por no hablar del “monaguillo” Benzema, que es como el patriarca de los “santos inocentes” de don Miguel Delibes, el Rabal que lo interpretaba en la pantalla. Benzema es el tipo más indeseable en el equipo, como Kanye West, amigo de Trump. Me resulta absolutamente surrealista que semejante esperpento siga jugando en el Madrid. Le silban a Bale, pero es Benzema quien perdió cuatro ocasiones de libro. Es un ser patológicamente funesto para el equipo blanco.
Por no hablar de Isco, pasado de kilos, siempre jugando a espaldas de la portería, a punto de ser el cuervo de Allan Poe, que aparece en las tragedia. No entiendo ni entenderé jamás esa pasión por un jugador que cada vez que aparece en el Madrid siempre el caos, aún empeorado por la salida de Casemiro. Isco casi siempre huele a tragedia táctica.
Si el Valladolid hubiera tenido más fuste en los metros finales, Solari estaría a estas horas sentenciado, pero apareció el rey del “candomblé” brasileño, el crítico Vinicius, su disparo iba hacia el córner y apareció la ”capoeira” de las tradiciones yorubas. Eso fue el punto final a un sueño vallisoletano. El Don Juan de Zorrila que vagaba entre los espíritus de Chamartín con su gol soñado. Tiene mucho mérito con ese Sergio, que parece un ungido por la tradición gloriosa de Ronaldo. Y es verdad que el equipo del presidente Ronaldo no mereció perder.
Siempre, como Solari, hay que tener mucha suerte. Para Lopetegui es la leyenda negra de este equipo que quiere remontar el vuelo, aunque sea con una carambola a tres bandas, de las que jamás salen generosamente, aunque el billar siempre cuenta con esa carambolas de retruque, benditas para el Real Madrid, del Santo Vinicius.
Su boutade será por siempre aquel «mejor sin Cristiano», envilecido ante el juego ‘coral» ante una Roma detestable, desbordada en las bandas, inoperante en su principal virtud, que es que el rival no juegue. Creemos en vinicius como creímos en Raúl en su día. Es el clavo ardiendo al que el madridismo de verdad se puede aferrar en estos momentos. Es el sino de la grandeza de la bajada a los infiernos para un equipo que es su día se aferró a los García, al gol de Tamudo…..no toda gloria viene sin barro.
No has pensado alguna vez que el problema del Madrid es puramente físico, debido a que entrenan poco y mal (a penas 1,5 horas tres días a la semana) sin dedicar suficiente tiempo a lo físico y táctico. Todos los partidos a partir de los 30 minutos de cada tiempo se les ven agotados. De esto no tienen la culpa los entrenadores, pues son la vacas sagradas del vestuario consentidas por Florentino quien así lo imponen para poder trasnochar una noche si y otra también.