EL MARQUESADO DE ISCOLANDIA

Un partido entre España y Alemania siempre se puede convertir en el mayor espectáculo del mundo del fútbol. Pero, alto, tenemos a Ángel Villar como faro y guía de la Federación. Un genio de la organización. Embutido como visitante de presidiarios, vicepresidente de FIFA, vicepresidente de la UEFA y presidente de los dirigentes más torpes. Sólo a un mediocre como Villar se le puede ocurrir organizar este partido en Vigo, a mitad de noviembre y pensar que no va a llover. Anda que España no tiene climas. Villar logró que solo fuéramos testigos de un partido gris, plúmbeo, mojado, enlodado, feo y aburrido. Lo peor que se le puede pedir al fútbol.

Encima llega ese fenómeno que es Kroos y te mete el gol que realmente pone el dedo en la llaga de la actual situación de la selección española en su annus horribilis, el peor desde tiempos inmemoriales.

Ya vemos al marqués en su marquesado de Iscolandia. Como manchado de su propio ambiente, con jugadores irrelevantes, ni fu ni fa, perdidos en su propia falta de polvo de estrellas. Perdida la selección de Luis y su sistema, el ‘marquesado’ es un desfile de jugadores de segunda fila como Bruno, Callejón, Nolito, Raúl García y hasta Cazorla, más grueso y que nadie entiende como se le prefiere a Mata. Son jugadores como era Del Bosque de jugador. Normales, sin carisma.

Por si fuera poco, nos ha metido en un lío con los dos mejores jugadores actualmente de la selección. Los más decisivos. Es decir, Cesc y Diego Costa, las dos grandes superestrellas de la Premier, a los que ha amenazado que pueden perder su puesto. Este marqués es insuperable. Ni en los tiempos de María Sarmiento.

Luego tenemos su Iscolandia. Por curiosidad, conté los pases que Isco dio para atrás. Nada menos que 34. Un campeón de la verticalidad hacia terreno propio. Y encima dicen que es nuestro futuro, el líder de ese tenebroso mundo del Podemos del fútbol. Si esta selección depende de las piernas torcidas, del fútbol patizambo: apaga y vamonos. Dice un escritor aladroque que España se reproduce en progresión geométrica de gilipollas y chorizos. No sé lo que decir. Pero si creemos que con el Villar de Vigo y el Marqués de Iscolandia el fútbol español tiene futuro, es como creer que los elefantes vuelan en ese mundo especial de Villar, a la sombra de Dumbo.

Ante una Alemania que sufrió hasta con Gibraltar recientemente, la selección española fue borrada del mapa en el segundo período, tan sólo con el sentido posicional y físico de Khedira y Kroos. Pero ya verán como los de ‘Iscolandia’ tratarán de que no jueguen juntos en el Real Madrid. Somos geniales.

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