Bueno, lo normal. El Madrid se arruga y pierde como siempre con cualquier equipo que tenga un concepto futbolístico, una idea, una estrategia trabajada. Para un técnico como Ancelotti, que es un técnico del siglo pasado, la Juventus fue como un fornido catcher, el malo del cuadrilátero, el que hace trampas. Pero lo malo es que El Santo no aparece en el Madrid, como en el ring del catch a cuatro.
Ancelotti, en plan doctor Mabuse o quizá doctor Bacterio del fútbol, hace experimentos tan esperpénticos, contra natura, como hacer jugar a Bale de ariete, a Sergio Ramos de medio estorbo, a Isco de pobre hombre. Es el gran Moreau, en la isla de Wells.
En fin, algo tan esperpéntico, que ya no siento compasión por Ancelotti. Siento vergüenza ajena. El ridículo en esta noche europea que ha visto todo el mundo le deja como un hombre absolutamente desfasado. Increíblemente inútil y carente de imaginación. Pensar en este Madrid como campeón de Europa es como pensar en el milagro de los panes y los peces. Desgraciadamente, Ancelotti no es un Jesús futbolístico.
El desastre del partido de Carvajal, Marcelo, Bale o Ronaldo, sólo es superado por el dúo dinámico, es decir, los capitanes truenos Sergio Ramos y Casillas. Por favor, el partido de ambos es para hacer un cuadro de pinturas negras de Goya. Y todavía oigo decir que Casillas salvó al final al Madrid, con el error decisivo de Llorente. Cuando el balón le dio en la cara parecía que los nervios le hacían temblar hasta las canillas. Como una escena cómica de Buster Keaton.
Ancelotti es el gran mago, el único técnico capaz de hacer jugar mal a fenómenos como Kroos, Varane, Bale e incluso Ronaldo. Hace monstruos, como el doctor Moreau de la isla misteriosa de Wells. Es como destrozar la vivisección de jugadores maravillosos, donde el equipo no sabe ni elucubrar un sentido de la presión en el arranque de un mal equipo como la Juve. Un equipo turinés mediocre, al que he reconocido toda esta temporada y al que me ha acostumbrado a aburrirme en el Calcio. Y es el campeón. Me dicen que juega a la italiana. Y me entra la risa de tonto estúpido, porque el fútbol italiano como el inglés, el español, el italiano, ya es de jugadores globales, no italianos. Italiano italiano, sólo nos queda Buffon, que aún cree en Tévez, y en Morata, que parece un monstruo al lado de los jugadores de negro.
Pero Ancelotti jugará con la ventaja en el Bernabéu de que la Juve es muy mala y que con un gol basta. Y seguirá engañando a la afición. Pero el que sepa un poco de fútbol sabe que Ancelotti nos volverá a contar la fábula de la cigarra y la hormiga. Pero con él técnico que no querían en la Juve, el Madrid canta: "Me estoy volviendo loco, poco a poco".
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