Desde la cúpula del magnate Pérez se escucha la voz «un empate, un empate». Por lo menos, una tablas en la «magna carta» de esta Liga. Con un sólo punto en la casa barcelonesa del ahorcado, la torre de marfil blanca se daría por satisfecha.
Falta que Casillas se asemeje lo más posible a un portero de fútbol. Como decía Groucho Marx: «Hoy ha sido mi día y no he estado». Eso podría decir el gran capitán, que contra el Levante seguro que incluso su equipo hubiera ganado.
Dada la triste levedad del partido ante un famélico Levante, gran candidato al descenso, salvo milagro o sortilegio de Lucas Alcaraz, se impone la gran pregunta: ¿cómo está el equipo ante el partido más importante probablemente? Yo contesto que ni bien que mal.
Su fútbol es lento, como un galápago. La velocidad de balón, casi tan rápida como la de un podenco. Lentos como es el juego de Isco o Modric, o ese pequeño petardo llamado Lucas, que eliminan cualquier posibilidad de contragolpe. Pero, ¿lo peor de todo? Que este equipo, sin contragolpe, con un Ronaldo en estado sibilino, ni siquiera narcisista , con ese Benzema que huele a barato perfume francés, por no decir que ha perdido el olfato del gol y con un Bale condenado a la indigencia según los sabios de la prensa, el Real Madrid del «gran Ancelotti» es como un barco de lujo, con varias vías de agua y un capitán absolutamente descentrado, como aquel capitán del chapapote gallego. El Madrid está lleno de galipote de mal fútbol. Lo lleva en el cuerpo , en sus huellas.
Pero, ¿quién sabe? A lo mejor, Bale aparece como el «spiderman» y salta y se escapa y crea el pánico en esa defensa desnuda con Piqué de cortafuegos. Sería como el «nuevo milagro del herniado». Bale vuelve a tener nervios en el cerebro y vida en su médula espinal. Justo cuando los enemigos de los periódicos deportivos tenían ya al galés con un K.O. técnico y a punto de tirar la toalla. Bale no puede ni estornudar o reírse de las críticas, porque los ‘herniados’ mentales volverán a atacarle.
El galés fue el único que fue pitado mientras anunciaban las alineaciones. Y nada más tocar primer el balón le llovieron los gritos. Me impresiona como cala en los huesos de la gente las persecuciones de la Inquisición periodística. Bale está marcado y verán como este partido se olvida , como se olvidó como un mal chiste cuando él solo ganó el partido de Córdoba. Ni hablar de las finales de Copa y de Champions. Como se dirá que su segundo gol fue un churro y que no quiso enderezar el horrible disparo de Ronaldo, porque lo importante, importante son Ronaldo y Benzema y, sobre todo, ese futbolista del ‘populismo’ más barato como es Isco. Para Bale hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti.
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