BARCELONA | 0 | 0 | BENFICA |
Todavía le escuché algún optimista de los que abundan en el catalanimo utópico de que todavía el Barça depende de sí mismo para estar en octavos de final. Además, contaba que el Bayern no tenía ningún interés en el partido, una vez clasificado y que jugarían los suplentes. Vamos, con alfombra roja preparada.
Ese optimismo extraño lo provoca el amor de “mes que un club” , que hasta la salida de Messi era el mejor embajador en el Mundo. Sólo queda pensar en el milagro en Munich. A mí me parece desorbitado , pero a los barcelonistas , con el nuevo “mesías” de Xavi todavía creen que se puede tocar con los dedos lo imposible.
Para ser riguroso, el Barcelona se dejó la piel, la fuerza y las ilusiones en busca de un gol. Pero todos sabemos que no tiene jugadores para al menos compensar el esfuerzo.
Memphis me recuerda a Jovic y sólo Dembelé , al final, puso los minutos más impulsivos del partido, por si llegaba el golito que dejaba al Benfica pensando en Giuimaraes. Koeman tenía más razón que un mártir. El Barcelona sólo tiene equipo par pelear en la Liga como desesperado, pero no da para más. No se puede soñar con unos cuantos críos, Piqué, Busquets y Jordi Alba. Y con un entrenador que es un novato con ideas antediluvianas. ¡No hay para más!.
El gol frente al Español fue un espejismo, con un penalti inventado. Y tengo mis dudas que el balón que dijeron que salió por fuera anulara el tanto luso. La mejor toma , la que parecía que ,efectivamente ,el balón no había salido, fue “prohibida” por (Rores?) por favorecer al Barcelona.
Por otra parte, el Benfica hizo un partido ridículo, miedoso, siempre tapado por un hasta ocho jugadores cerca del área. Y lo que era más calamidad todavía es que no lograban una posesión de balón que durara más de un minutos ,por no hablar de la catástrofe en el epílogo del encuentro cuando es tanque del Benfica desperdiciara un tanto seguro . Jorge Jesús, el entrenador lisboeta se comía la hierba del Camp Nou.
Hay milagros en el fútbol si entran las inteligentes coordenadas de los buenos jugadores, acompañadas por una terrible terremoto en el contrario. Bueno, que el Benfica no gane al Dynamo de Kiev y el Barcelona gané en Munich. Total, nada. Como decía el ilusionista, el Barça aún depende de sí mismo. El milagro está en Munich.
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