EL REGRESO DEL GATO

Mientras permanezcan en el Levante dos jugadores "crueles" como Navarro y Juanfran, el Madrid siempre estará sometido a una granizo de fútbol colérico, violento, espantoso. Encima, ese mismo Levante que odia al Madrid por propia naturaleza de años, todavía se multiplica con el esperpéntico Caparrós, absolutamente obsesionado perpetuamente con el Real Madrid. Quizá porque sabe que no tiene talento como técnico para alcanzar su especie de "nirvana", que sería entrenar al Real Madrid, al que echaron de la cantera. Es una pura obsesión y una abstracción fatal. Seguro que no le castigan por su gesto de señalar al trencilla como "cara dura".

No es Ronaldo. Hemos visto el regreso del "gato" Benzema. Nunca se ha ido del todo. El "minino" hizo un partido patético. ¿Cuántas ocasiones falló? Cuatro, cinco, seis…  Ni se sabe. ¿Cuántas necesita para hacer un gol? Si el Madrid tuviera un ariete con talento ni se puede uno imaginar el guarismo de goleada. Cuando se habla de talento goleador se habla de Suárez, Agüero, Cavani, Rooney, que no hablamos de Ibrahimovic. En fin, jamás entendí a los que le menospreciaban con respecto a Higuaín, que son precisamente los mismos que dicen que ahora es un "tigre". Sí, el 'Tigre de Esnapur', de Fritz Lang. Siempre me acordaré de aquel técnico madridista que me dijo que Benzema, sinceramente, es el decimoquinto ariete entre los equipos de la cúpula.

El tándem, tan "sibilino" como retórico, ni siquiera le sustituyó por Morata, que se encuentra en una gran estado de forma, como se vio en los Sub-21. Le reemplazan  por un Jesé enloquecido, obsesionado por hacer un gol, en plan individualista. Una ansiedad producida histéricamente por la demagogia del "éxito de la cantera". El tándem sigue en una rutina entre el bien y el mal, pero mientras que le regalen la Liga, como es el caso del Barça, pues seguirán tan tranquilos.

Otra cosa será la Champions. En el PSG, en el Bayern  y en el Chelsea no hay un personaje patético y ridículo como el Tata y su "tatismo" presidido por  un Messi que se ha convertido en un déspota inaguantable,  lejos del aquel enorme Barça. El tándem tiene en sus manos en un par de semanas sentenciar la Liga, porque al Atlético no se le ve con la potencia de hace tres meses. Ni mucho menos. Veremos lo que hacen con esa enorme posibilidad.

Se vio a un Modric como cansado, sin recursos. Se vio a un Bale enchufado, pero como es costumbre nadie le pasa un balón. Nadie le da nada en ese equipo del tándem. Se lo tiene que buscar él sólo, ahí, encerrado en la banda. Y nada más. El Levante no se preocupó de jugar, sólo de destruir e incluso con saña.

Los comentarios están cerrados.