Hace años, en los oscuros tiempos de Mourinho, hubo un jugador del Real Madrid que empezó a denunciar que el Camp Nou era como la ‘mísmísima cueva de ladrones’. Es una lástima la actual situación del Camp Nou, que antes estaba considerada como la Casa del Dios Futbol. La Casa del Fútbol está perdiendo su credibilidad, lance a lance. Es la ‘Casa del pecado’, donde aparecen trileros, árbitros dudosos, donde se comenten injusticias, fraudes, trampas. La ex-Casa del Dios del Futbol se ha convertido en un lugar extraño.
Ya es un fraude que Colina, empujado por Villar y, este, a su vez, por Gaspart, designen al pretérito trencilla alemán Felix Brych de ingrato recuerdo para el Atlético, que ya en otro encuentro de Champions, expulsó a Arda Turán cuando este era rojiblanco. Siempre coartan, especulan con trencillas con problemas fuera del fútbol. Porque Brych, amén de ser un acérrimo seguidor del Barça, dicho por él mismo, ha tenido problemas con el fisco como abogado financiero. Son los típicos trencillas que manejan a su antojo la UEFA. Es decir, otro personaje ligado con los problemas con el fisco como la cúpula del Barça, desde Rosell, pasando por Bertomeu y llegando perversamente a Messi y Neymar, siempre ligados con problemas fiscales. Catalunya no roba.
Brych se cargó el partido cuando prevaricó a sabiendas que expulsaba a Torres y dejaba al Atlético en la ignominia, cuando ganaba y domina el partido. El Madrid el otro día tuvo que meter dos goles en lugar de uno para ganar y, desde luego, quedarse sin un jugador.
Desde el momento de la injusticia con el jugador que había metido el gol, el Barcelona del inútil, mezquino y torpe Luis Enrique pudo sacar la cabeza, pese a que los Tres Sudamericanos, en franca decadencia, no afinan. Ni siquiera cantan. Sólo Súarez, pero cuando marcó ya había debido ser expulsado antes del segundo tanto. Y recordamos como Busquets recibió su primer tarjeta, que debió significar su expulsión, cuando poco después de la expulsión de Torres hizo una falta más violenta y ni siquiera el increíble Brych le sacó una tarjeta.
Esto no es fútbol. Es un fraude. Fraude de daño como sabe el abogado Bryce. Abuso previsto, con medios fraudulentos. Al Atlético le castigaron por lo penal por lo anímico, hasta destrozar un partido. Desde la expulsión de Torres sólo vimos a una víctima defenderse ante el atropello.
El Barcelona de Luis Enrique, sin la lámpara mágica de Messi, se convierte en una balada desafinada , un canción mal cantada por los Tres Sudamericanos, con ese Neymar, aprendiz de Robinho, que no mete un gol ni a los juveniles. El Barça actual es un engaño florecido por campañas populistas del independismo más torpe y exacerbado. Este no es el gran Barça de Cruyff. Sea en Liga, en Champion o en el trofeo Gamper, jugar en el Camp Nou se confirma que te expones a que te roben .
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