EL VERGONZOSO ‘COOLING BREAK’

Salté de alegría cuando Sneijder empató el amañado lance. ¿Por qué? Porque la asquerosa hoja de ruta diseñada por la FIFA quedaba arruinada. Pensé que este partido en Fortaleza, con humedad, con un calor pútrido, era lo que le esperaba a España, en el preludio de un programa asesino.

Una trampa tropical repugnante para acabar con el campeón del mundo. Un partido en la caldera del diablo, insoportable para jugar al fútbol, para acabar con el campeón del mundo. Un lugar elegido para que hubiera dos vergonzosos cooling breaks,  la medida más despreciable, insoportable y reprobable de la organización de un Mundial. Holanda ha superado la trampa, emboscada. Esa la gran noticia del robo a Europa, aunque hayan sido los verdugos del campeón del mundo.

La selección mexicana, durante uno de los cooling breaks. | Efe

Conocí hace muchos años a Joseph Blatter. Le conocí cuando le llevaba las maletas a su presidente Havelange, el monarca brasileño de la FIFA, que todavía vive, aunque tiene 98 años. Esa maletas le hicieron ser su sucesor a dedo. Entre otras cuestiones, porque el autócrata Havelange sabía que jamás Blatter sacaría a la luz toda las corruptelas de la organización irreductible. Pero la oligarquía brasileña ha hecho remover la relación Havelange-Blatter. Y este Mundial es el escándalo inconfesable que vivimos.

Lo siento por México. Pero técnicamente, en condiciones meteorológicas normales, es una selección para recibir cuatro, cinco o seis goles con  facilidad ante la poderosa Holanda, siempre desde el punto de vista técnico. No se olvide que es la actual subcampeona del mundo. Proponer una victoria con el enano portero como Ochoa, con el "matusalén" Márquez y con Aquino y Dos Santos o el Chicharito en ataque me parece, simplemente, una broma. Pues, aun así, se han jactado de dominar a Holanda en pasajes complejos y tramposos del partido, cuando la temperatura y la humedad eran incalificables para la vida normal del fútbol.

Por otra parte, jamás entenderé como Robben, Sneijder y Huntelaar salieron del Madrid, casi regalados, cuando son los tres jugadores que salvaron a Holanda del desastre, tras haberle metido cinco al campeón mundial. El fútbol tiene caminos indescifrables. Bueno, quizá no tanto. Complejos de usurpación de personalidades, o juegos de vanidad entre dirigentes que los simples mortales, no presidentes de fútbol, jamás entenderemos.

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