BORUSSIA DORTMUND | 2 | 2 | SEVILLA |
Un Sevilla excesivamente taquicárdico, espeso en ataque y con un juego excesivamente revolucionado y sin suerte, se encontró una vez más con otra eliminación “in extremis”, como si el equipo del taciturno Lopetegui supiera que siempre acaba en su inevitable infierno. El Sevilla murió de pie, más que eso, a la heroica, hasta que no tuvo ni aire en los pulmones, pero ya está acostumbrado a morir desangrado estúpidamente.
Creo que el Borussia es peor equipo que el Sevilla. Salvo el “fenómeno” Haaland, que juega en otra dimensión, es un equipo muy reducido en imaginación, sólo fía su efectividad en su contragolpe. Sin Sancho, Reus no es suficiente.
Pero, ¿qué es lo que ha pasado en esta eliminatoria?. Pues que Lopetegui ha errado en los partidos. En el Sanchez Pizjuán ni quiso estudiar la vertiginosa transición del Borussia cuando recupera y asesina sin piedad. En Dortmund demasiada pasión y volvió a darle las posibilidades de asesinar a su Sevilla por la espalda.
Nadie puede dudar que los primeros treinta minutos, el Sevilla arrasó al Dortmund, más por rabia orgullo que con inteligencia. Pasada esa media hora se confirmó que el Sevilla no tiene delanteros. Sólo aparece En- Nesyri, pero el marroquí es muy limitado cuando su equipo no juega al contragolpe. Aunque su cabezazo final demuestra su orgullo.
Y tras el delirio del inicio, el Sevilla tenía que cometer un error y allí estaba Reus y ese asesino del gol Haaland, sin piedad para sentenciar definitivamente la eliminatoria. Cuatro goles de sus fueron la losa de la eliminatoria.
Cierto que en ningún momento, la voluntad del Sevilla se redujo al pesimismo. Luchó hasta el último minuto. Pero es como si equipo supiera que su crisis le llega hasta la nariz, a punto de ahogarle. La épica te lleva en volandas a un metro del suelo, pero no suele ser suficiente cuando es demasiado tarde. Aún así nadie puede decir que los jugadores no lucharon hasta morir, aunque murieran con ese tres pequeños de “futbolín”, Suso, Oliver y el Papu.
El estigma perdedor de Lopetegui, con demasiados complejos, ha arruinado la temporada al Sevilla de una manera absolutamente maniquea. Adiós a la Copa, a la Champion y con la Liga que amenaza tormenta. Todo a principios del mes de marzo. Efectivamente , el equipo hispalense ha vivido su “idus de marzo”.
Pero peor es esa tortura de tener que padecer a Lopetegui hasta el 2024, con permiso de ese «genio» llamado Monchi. ¿ A quien se le ocurrió?.
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