HAMLET ERA ESPAÑOL

CROACIA35ESPAÑA

Recordé inmediatamente “Hamlet”. Y lo cierto es que vivía la selección el “ser o no ser”, y “lo fueron”, como si hubieran seducido la Sirenita danesa. Una victoria inequívocamente histórica.

El partido fue una disparatada montaña rusa, como la Fenix, recién inaugurada en Coney Island, con su vertiginoso giro de 115 grados. La selección dió hasta giros de 160 grados , a veces con unos destellos de juego como en los mejores días de vino y rosas de Aragonés. Y… goles , el gran invitado especial en los últimos en los últimos avatares.

Sostenidos por ese centro del compás de juego de Busquets , la selección empezó con su estilo obtuso de tantos años. Croacia creyó que esperar atrás era para detener el haber de la selección. Sé que Luis Enrique es el culpable de poner nerviosos a toda los porteros, pero hay que reconocer que Unai Simon cultiva las “cantadas wagnerianas”. Croacía se encontró un regalo si fuera de su venerado San Blas de Dubrovnik . Hubo caos y confusión español , aunque la tranquilidad llegó con Sanabria. Pasamos a un receso de la taquicardia del partido.

Los primeros minutos de la segunda fase de España me gustaron mucho. Porque ya no no había obsoleta obediencia al sistema , existía una anarquía que el equipo solventó con dos goles frutos de un juego inteligente, con la facilidad para sorprender de cabeza de Azpilicueta , un especialista durante muchos años en el Chelsea y ese gol de pillo del contragolpe de Ferrán. ¿La fosa final de Croacia?. Parecía.

Decía Hitchcok que no es fácil matar a nadie, aunque parezca fácil . Croacia me recordó a aquel duelo de Paul Newman con un espía en “Cortina Rasgada” , que no podía matarlo de ninguna manera. Eso me parecía Croacia. Si que Azpilicueta había sido un héroe, pero por el lado derecho llegaron las angustias, la zozobras y el milagro final croata , a pesar de que Unai Simon se había reivindicado con enormes y milagrosas paradas, sin cantadas.

Pensé que en la prórroga Croacia iba a ejercer de “cachetero” , el de los toros, pero quizá había perdido las fuerzas. de ese lucha por sobrevivir.

La selección, sin jugar otra vez a su sistema, quizá porque había pocos en el centro del campo que pudiera soportar el peso de su botas , rechazó el sistema y se obligó a la imaginación. Hasta Morata resucitó como el Lazaro del gol . Otros contragolpes que se clavaban en el cerebro de Modric. Y llegó la lápida de Oyarzábal.

Es una sensacional victoria española. Aunque pienso que excesivamente melodramática. Croacia es técnicamente muy inferior a la selección y no se puede consentir que resucite en los diez últimos minutos del tiempo reglamentario. Pero cuando la selección ni se creyó a Luis Enrique jugó con la imaginación el espíritu y la brillantez tan perdida en los últimod tiempos.

Rumbo a San Petersburgo ,se necesita la belleza de juego del Hermitage, aunque los vendedores de “aire marciano” nos venderán que la selección es favorita para campeona. La euforia , que no la furia española es muy libidinosa.

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