HAY MIEDO A LA PRENSA EN EL REAL MADRID

Una especie de fantasma de indudable sesgo cognitivo recorre los despachos de Concha Espina desde aquellas lágrimas del 'angel caído' Casillas. Hay miedo del Real Madrid a la prensa. Sobre todo, en la presidencia, tras el bochornoso ataque de la presenta deportiva, que apoyaba a un 'pobre Casillas', que se llevaba todo el dinero del Madrid, más el del Oporto y encima parecía que le echaban de manera ignominiosa. El caso Casillas algún día se estudiará como el más lamentable suceso de perversión futbolística.

Ese miedo a los fantasmas de la prensa deportiva se manifestó con el acto de propaganda en favor de la 'cantera' con la aparición estelar anterior al lance de Casilla, Casemiro, el ruso y ese pobre jugador que es Lucas Vázquez. La presentación me dio pena y tristeza. En cambio, robaban al socio la presencia de Marco Asensio, el nuevo genio del Madrid, un fenómeno superior más incisivo que Isco y James juntos. Ambos con bula para la prensa, que sigue con una campaña de acoso y derribo a Bale absolutamente patética. De los cuatro de ataque, el galés había sido el mejor con mucha diferencia, aunque nadie le sirve un balón. Nadie. Con un patético Ronaldo aún como líder.

Ramos pasa el balón ante Isco y Camdal. (Foto: Afp)

El miedo en Concha Espina ha obligado a claudicar y aceptar el chantaje de los Ramos, que como los Dalton, han sido los grandes ganadores. Cuando no tenían ofertas ni de la madre que les parió. Sólo hambre de millones, camuflada con una inventada oferta del Manchester que nunca llegó y la mentira de Ramos, que dijo en el bochornoso acto de renovación que nunca se quiso ir. Una mentira asquerosa. La patética escena de toda la familia Ramos en la foto de la renovación, con todos los personajes que cobraban de la renovación, era un ataque bochornoso a la moral y al dinero del socio.

El estratega René Ramos se cree que ha ganado y lo que ha hecho es crucificar a su hermano en una cruz de oro y unos clavos como diamantes. Porque a Ramos lo crucificarán más tarde o más temprano, en pleno ocaso de su carrera y de lisonja de capitán pesetero. Florentino Pérez sabe que en meses o quizá en un año, volverá a tener otro 'caso Casillas' y para echar a Ramos tendrá que pagarle todo. Fue su culpa por lo que hizo con Guti, Raúl y ahora Casillas.

He prometido no hablar mal de Rafael Benítez, el de Liverpool. He prometido cien días de gracia. Tiene razón de que el Madrid necesita un ariete más que cualquier otro jugador. Sin ariete, el sistema de Benítez se viene abajo. Ni Jesé, ni Benzema lo son. Pero traen a Kovacic, un enorme jugador, al estilo de Bale, directo, individualista, pero nada que ver con el pivote defensivo con el que sueña Benítez. Y seguir con Kroos y Modric como pivotes es un suicidio. Son dos medias puntas que ni cubren campo ni reaccionan como dos centrocampistas. Es otro grave problema.

De momento, el Madrid aburre y es como si Benítez prefiriera un equipo de 'drones' antes que de artistas.

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