EL HOMBRE QUE CAYO A LA TIERRA

FC BARCELONA31ATHLETIC DE BILBAO
 

Se espera al “mesías” Valverde como el técnico que recuperará el imperio barcelonistas en el juego, la calidad. Sin embargo, Valverde me parece un entrenador triste, trabajador, pero sin brío. Creo que tampoco servirá para el Barcelona. Su Athletic, ante un Barcelona deprimido, con muy hormigas en todo el cuerpo, con ese insulto “fifo” de la arcadia feliz de Zidane, fue incapaz de meterle el diente, de ser un equipo de leones, como antaño. Ahora parecen gatos, sólo gatos.

Luis Enrique ha sido y es un pésimo técnico por su genética del vil contragolpe o su absoluta falta de personalidad. Todo empezó cuando Messi, Neymar y, ahora, Piqué, le pierden el respeto y tiene incluso dividido al vestuario.

Se nota en el juego agrio, destartalado, casi feo del Barça actual. No es un equipo brillante, sereno y con la abrumadora personalidad de años atrás. Va a remolque en la estética, en la antigua belleza de Guardiola. Así que lo de la Piquemanía es un detestable síntoma de precariedad. Lo único que existe es la Messimanía. Dos acciones gloriosas de Messi salvaron la Copa al Barça, con más tristeza que alegría.

No me canso de decir que Messi es un hombre de otra galaxia, que cayó a la Tierra, como en la famosa novela de “El hombre que cayó en la Tierra” del inteligente Walter Tevis, de la que Bowie compró los derechos y se convirtió en “Lazarus” antes de morir.

Messi es el auténtico Lázaro del Barcelona. Cada vez que lo necesita el equipo aparece, resucita. No es que esté escondido en una tumba, pero se toma sus largos descansos y sólo recupera sus poderes celestiales cuando se necesita. Es el jugador que vino de las estrellas. Ronaldo puede ser “the best” en la Tierra, pero Messi es el mejor de la galaxia.

Luis Enrique no ha fichado en su era un sólo jugador que pueda ser útil. Cada vez que veo a Umtiti o a Sergio Roberto de lateral, que no es nada de nada, se me ponen los pelos de punta. A Iniesta lo queremos mucho  pero es como un queso manchego a los “gruyere”, por no hablar de sombras paganas como las de Busquets.

Pero con Messi en posición de ciudadano de Anthea, planeta del fútbol, el manantial del Barcelona aún no ha perdido nada y no creo que se vaya a rendir ante ese globo del Madrid, muy en la estratosfera, pero que le puede faltar oxígeno tan alto. Es probable.

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