Es como si Washington Irving hubiera querido resucitar el patio de los leones o, exactamente, el capítulo de sus Cuentos de la Alhambra con la Leyenda del Moro. Pero, ¿es el moro el Barça? La Liga acaba en Los Cármenes, palabra árabe, ‘karm’, que no ‘karma’ hindú. A Luis Enrique le ha entrado el miedo de los mediocres. Como el miedo de Floro en Tenerife. A Messi, al Barcelona, La Alhambra les da miedo. Lo voy a explicar.
Si en la Liga todavía quedaran ‘los tres negritos’ de Agatha Christie todavía el Barça se sentiría como si tuviera una vida de más, pero quedarse sólo ante el Madrid es como quedarse con los recuerdos de Boabdil, los sueños de Tenerife, pero al revés. Porque es Zidane el Cruyff de estos días.
Creo que buena parte del suspense final dependerá de las ‘canteras’. Es fácil suponer que el Madrid ofrecerá maravillosos jóvenes ‘stallions’ al club de los ‘cármenes’ del Albaicín. Perlas aún por identificar y supongo que febriles jugadores para la Torre de Hércules. No volarán los maletines. Sólo los ‘futuribles’ de las canteras.
El paralelismo es tan fáctico como ‘la promesa’ de cualquier representante o robaperas. Granada y Deportivo están salvados. Sólo necesitan promesas de que sus equipos engordarán con maravillosas perlas cultivadas de los dictadores de la Liga. ¿Quién prometerá más? ¿Hasta qué punto el Barcelona está demonizado por el nuevo Madrid de Zidane?. Es la gran incógnita. El desenlace maravilloso del fútbol.
El ‘tercer negrito’ se quedó en el Levante. El Atlético fue una víctima más de la sobrecarga de ansiedad,desgaste y cansancio de los lances europeos. Tanto como el Sevilla, goleado en casa, precisamente por el Granada, que ganó su salvación. Como el Villarreal, que abrazó su Primera División. Y faltó el Valencia, pero le salvó Kiko Casilla, que siempre dije que era el mejor fichaje madridista en la portería, desde los tiempos de Bodo Illgner. ¿Se acuerdan? El de la Séptima. Vaya partido de Casilla. Como el de Kroos, que se ha recuperado prodigiosamente al final. Pero el Madrid acabó tan roto como el Atlético, como el Sevilla, como el Villarreal. Europa pasa factura.
El Barcelona le hizo bailar al Español, aunque no lo consiguió hasta que el cansancio pudrió el afán blanquiazul. El Barça, además, no salía a subasta por el desgaste europeo. Se ha quedado como un simple aspirante a título nacional. La pregunta que me hacía un madridista, con amenaza psíquica, es que si hay justicia de un dios llamado Fútbol, el Barcelona debería perder en La Alhambra, como aquel cristiano engañado por el moro, ya que los jueces le han concedido más de 12 puntos a base de injusticias supinas. De todas formas, con mi conciencia atea, le contesté que el único Dios del fútbol vivo que conozco se llama Messi y juega en el Barcelona.
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