LA CATALEPSIA ROJIBLANCA

Es cierto, el equipo de Simeone, como el del Tata, padeció en Pamplona, como el Barcelona en San Sebastián, la catalepsia típica que provoca la Champions. Esa inmovilidad mental, esa rigidez muscular que no se sabe si es física, psíquica o química. El caso es que su participación suele ser letal.

Diego Costa, en El Sadar. | Efe

El Atlético de Madrid sufre de ese populismo de vender humo de su héroe Simeone. Esa estupidez filosófica del Cholo de que se va partido a partido, de que cada partido es una final, provoca una ansiedad, una rigidez y una angustia vital en sus jugadores, en el Atlético. No se puede jugar la vida de un equipo en cada partido. Es un disparate. Tanto como que el próximo domingo el héroe Simeone puede perder el segundo torneo de la temporada y quizá el último con ciertas posibilidades. Porque la final frente al Real Madrid y una derrota supondría ponerse a seis puntos y eso es como decir goodbye a la Liga.

Por ser partido a partido, es casi perderlo todo. Como aquel esfuerzo descomunal en la Copa, en Bilbao. El Madrid se aprovechó. Ahora, Osasuna se ha aprovechado de la cercana final, la de San Siro. No se puede vender humo cuando has llevado el tanque de tu equipo justo en la reserva y para asumir una falta de gasolina absoluta. Veo a cataléptico al Atléti. Me gustaría que pudiera recuperarse para su final del Manzanares. Ésa es su gran final. Decididamente. Sí, porque pensar en un futuro maravilloso en la Champions es como soñar con el Nirvana. Casi imposible.

El Cholo persiste en convencernos de que tiene una plantilla suficiente. No es verdad. No quiere admitirlo. Eso es lo peor. Cada vez que quita a algún titular el equipo se queda a la deriva. El ejemplo de la aparición del belga Alderweireld es un ejemplo claro de la caída en calidad. Hasta los infiernos.

El Atlético estaba obligado a cambiar de titulares en El Sadar por culpa de la tarjetas, pero lo cierto es que los suplentes como Villla, Adrián y Diego se suman al desastre del defensa belga.

Diego Costa tampoco tuvo en Pamplona la frescura precisa para lograr sus ocasiones, sus goles. Es una barbaridad el desgaste del brasileño . El Cholo vive demasiado de sus goles. No tiene otro goleador. El único éxito en Pamplona es que Simeone no perdió a Diego Costa para la final del Manzanares.

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