GERONA | 1 | 3 | REAL MADRID |
Reconozco que la emergencia Solari me pareció una decisión provisional. Nadie le daba ni un sólo mes como técnico madridista. Me he equivocado, como muchos otros. En la peor depresión blanca, provocada por un calamitoso Lopetegui, con medio equipo desamparado, con una fuerzas físicas lamentables, sin pasión, emborrachados de títulos, con el estigma de Ronaldo y de Zidane, qu se había marchado con cobardía deportiva, este técnico argentino apareció como la solución inesperada.
Puso a Vinicius, aunque le costó, «descubrió” a Llorente. Confió en Lucas Vazquez y, sobre todo, le dio a Benzema el liderato del juego. No ha podido ser más decisivo, incluso con la presión más adelantada y un escalonamiento más sensible. Es decir, la configuración de un equipo.
Justo cuando ya Zidane había tirado la Liga y la Copa a estas alturas, Solari hace pensar al madridista que por menos existen expectativas. No son absolutas, pero es un Madrid fiable y, probablemente, se ha convertido en el equipo más en forma del fútbol español, justo cuando hay que serlo. El blanco debe brindar, al menos, una copa, por Solari.
Poco contar del partido con los gerundenses. Fue como un entrenamiento. Quizá no muy entretenido salvo por ese “napoleón” del fútbol francés que se ha convertido Benzema. Un insólito, desconocido y brillante Benzema, que parece un jugador desconocido tantos años después. A Kopa le llamaban Napoleón, en el Real Madrid. Benzema lo ha eclipsado.
Cuando un equipo como el gerundense juega con tantos suplentes es que se rinde. No se ridindió el equipo de Eusebio. Corrió, presionó, hasta que pudo y le faltó el físico, ante una calidad muy superior del Madrid. El problema es que el Gerona lleva muchos partidos sin ganar. Creo que son trece.
Por tanto, ha sido la eliminatoria menos valiosa de esta Copa que llega con una intensidad muy interesante. El Barça es el dios del campeonato. ¡Viva la copa del Rey!. El Valencia busca un éxito como alma que lleva el diablo. El Betis quiere su Copa en el Villamarín. Y el Madrid se agarra a ese éxito, tan vedado en los últimos tiempos de Zidane. De todas formas, siempre será un torneo menor, por mucho que se hinche como acontecimiento especial.
A falta de contrincante de entidad, ahora llega la Champion, quizá una dura semifinal copera y el avatar de la Liga, como una utopía en la imaginación madridista, incluso para el propio Solari, que es ya es el excelente entrenador del Real Madrid, a pesar de esas bocas que echan espuma por la boca.
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