LA FURIA DEL CAMPEON

Es sorprendente y recusable el odio que las autonomías han generado hacia Madrid, en fútbol, sobre el Real Madrid. Todo vale con tal de ganar al centralismo, al equipo que la mayoría de las comunidades odian, que no es otro que el Real de Madrid, como acusa un “friki”. Ese odio es irónico, maloliente y absurdo. Es patético ver como ex-jugadores madridistas como Soldado o el ruso de la Copa, generaron mucho odio, la aversión más severa con su viejo club. Esto se parece cada día más a un “reino de taifas”.

El tétrico Villarreal no perdió por culpa del arbitro, como quieren justificar todos estos regionalismos.  Tras el gol de Bale, el equipo, que «no recibía un tanto», como siempre nos recordaba el inglés de la telefónica o de Prisa, se puso en modelo pánico, se encogió, como un conejo en una madriguera y estaba más claro que iba a perder el partido por temor  y dimisión  en en ataque, acobardado en torno al portero suplente. El penalti fue penalti por mucho que invoquen al centralismo o la virgen del Lledó. Y el Castellón no es consciente del ridículo europeo que  hizo frente a  la Roma, el segundo equipo del “scudetto”, por mucho que el comentarista de telefónica nos hablara del nivel superior de la Liga española.

Así que, como suele ocurrir, el odio castellonense sólo hizo despertar al monstruo, al todopoderoso. Fue la ira del Madrid, el de las remontadas , el de la era de Camacho, Juanito o incluso antes con Pirri, Amancio y compañía. El epicentro de la auténtica furia del Madrid, el alza inagotable de la adrenalina, del ritmo cardíaco ante un partido que se está perdiendo. Esa rabia sostuvo al Madrid, cuando el de “Movistar” llegó a decir que el Madrid se le escapaba  la Liga, por tan sólo perder en Castellón. Su inconsciente le traicionó. Escuchar a los “holligans” del Barça en “el partidazo”, puede ser hasta  divertido y terapéutico para los madridistas, cuando el equipo blanco remonta el partido. Es como si les diera un cólico a los comentaristas.

Todo ello cuando el ridículo espantoso de Ronaldo “jarrón de Madeira” y , sobre todo,  Benzema, llegó hasta grados superlativos. Sinceramente, como me decía mi amigo Alberto, no están para ser titulares en el Madrid. Hasta la repentina salida de Morata les deja en evidencia. La BBC, como estúpidamente se denomina, está destrozada, disuelta por ausencia de una B y la C. Es un delirio creer en semejante farsa en ataque.

Zidane tiene un grave problema con Benzema. Si sigue empeñado en defenderle escribirá su propio epitafio en el banquillo blanco, porque su “buenismo” y su dirección estratégica es de una vulgaridad, de una mediocridad absolutamente denigrante. A pesar de que la ira del equipo, la soberbia de un campeón, apareciera por el campo de la cerámica, con el patrocinio de la Preysler incluido.