FRANCIA | 4 | 2 | CROACIA |
Robo, vileza, infortunio. Una final con un campeón teñido de manchas, irreverente, tramposo. El peor y más absurdo campeón de todos los mundiales. El fútbol nunca ha tenido dios. Sólo ateos. Así nació la “mano De Dios” de Maradona. Una estafa como la de Francia en Moscú. Ha perdido, pero a Croacia le ha quedado la dignidad.
Veía como se desgastaba Croacia con su fútbol vertical generoso, hasta cierto punto el mejor de toda su serie, durante quince minutos atómicos, y recordé aquellos minutos maestros de Bélgica. Y se repitió la historia. Griezmann ni la había tocado en dieciséis minutos. Lo hizo por primera vez de cabeza y a la siguiente jugada, se tiró a la piscina descaradamente, como en muchas otras ocasiones que teatraliza este jugador trampa. Se la traga el rey del “anti-var”. Falta y gol. Sin hacer nada, la mezquina Francia. La repetición de la historia con Bélgica. En plena orgía sistema decadente y cobarde de Deschamps. Era el primer robo.
No se arrugó ni mucho menos la heroica Croacia. Resucitó con Perisic, quizá el mejor rematador de este Mundial. Pero, amigo, la ruindad, otra vez la ruindad francesa. Aparece otro córner dudoso. Salta Matuidi y toca en el brazo de Perisic, claramente inconsciente y sin querer y el Pitana, que nunca había creído en el Var, prácticamente se carga el lance. Dos errores gravísimos, que ni Orwell ni su puñetero “gran hermano” del siempre sospechoso y abyecto Colina.
Y, otra vez, con el “aprovechategui” Griezmann, que si le dan el balón de oro habrá sido incluso más injusto de aquel que ganó el bueno de Cannavaro. Sería algo vergonzoso, como todo este mundial ruso. Probablemente, el más pobre y rácano de todos los tiempos, a pesar de la feria a pleno cuerno de la abundancia de un fútbol que se ha convertido en un cruel disparate.
Sin cejar en su fútbol agresivo y superior, Croacia le volvió a dar un baño a la ridícula Francia, en los primeros minutos de la segunda. Pero resurgió el avaro juego francés. Pogba, que no metía un gol desde tiempos remotos, en un rebote vuelve a castigar a una desgraciada Croacia. Deschamps era como el Marqués de Sade.
Luego, la puntilla de un tiro lejano. Lo único sobresaliente de este jugador sobrevalorado y con mejor marketing desde los tiempos que “L´equipé” le vendió a Santiago Bernabéu, el rapidísimo Kopa.
Lloris volvió a meter a Croacia, en busca del milagro, en una completa exhibición ante una lamentable selección francesa, en pleno despropósito y vergüenza gala, que como casi siempre fue un campeón pelele. Un títere, con la exhibición de Rakitic y Modric.
Como decía un autor argentino, compatriota del infame Pitana, a los árbitros, sólo los quieren sus esposas y, a veces, ni ellas. En Rusia sólo hubo un justo vencedor: Putin.
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