LA LIGA PASA POR EL PISUERGA

ATLETICO DE MADRID21OSASUNA
ATHLETIC DE BILBAO01REAL MADRID

Sea uno Madrid o del Atlético lo que más se necesitaba era un Valium. Un Valium, por favor, ante tan paranoia, tragedia, comedia, locura o terror de dos finales que se decían que tiene el «Hitchock-touch”, pero yo lo definiría con el toque John Carpenter y sus películas de miedo.

La dualidad de poder haber visto los dos partidos a la vez, me daba un perspectiva “kajkiana” de dos partidos demasiado taquicárdicos, insolventes en juego y carentes de belleza. El Atlético esta obsesionado con el gol como en los últimos tiempos.

El desastre psiquiátrico que configura el equipo de Simeone, coloca a sus jugadores, sobre todo a los goleadores, como Luis Suarez o Correa al borde de la histeria. Al final, cuando se dio cuenta el uruguayo que no se necesitaban sus goles, porque era del brasileño Lodi el que había empatado “in extremis”, recordó súbitamente su facilidad por el gol. El suyo es probablemente el gol de la Liga, porque se espera que en Valladolid el Atlético no tendrá exactamente que obsesionare con el fantasma del gol. Por la simple razón de los pucelanos todavía se la juegan.

El equipo de Zidane si que juega con “fantasmas”, pero son blancos. Ya se sabe. En otro golpe a lo Zidane, hay un centro con Benzema en fuera de juego, pero aparece por allí Nacho. El balón le da en la pierna derecha o en la “flor” de Zidane, que estaba allí plantada casualmente y… gol. El único tiro a puerta del Madrid, porque el cabezazo de Casemiro se pegó al larguero.

Ni que decir tiene que el el Athletic tiene un poco de cuerda cuando está con fuerzas. Luego sólo juega el sistema hermético de Marcelino, que parece un motor de poca cilindrada. Del Madrid sólo se refleja su extenuación, su aventura interminable con el cansancio psíquico, físico y con ese baile tremendamente dantesco con ese enemigo llamado “lesión muscular”. Hizo un partido mediocre, aburrido y sólo sostenido por la locura que se vivía en el Metropolitano.

No hubiera sido justo que el Atlético perdiera su relicario de la Liga, por culpa de sus ansiedades y esa extraña inseguridad goleadora que proporciona el histerismo fútbolístico de Simeone. Al fin, creo que el aficionado del Atlético se mereció más ese Valium, que era la solución salubre ante histérica – histórica tarde de Liga.

 

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