La selección perdió ante Francia, con Alemania en casa, ahora con Holanda, pero ni se preocupen, como dice nuestro marqués de los milagros o más bien de las pesadillas. Eran partidos amistosos. Total, que más da, que presuman de ganar a la selección con más títulos en los últimos años.
Vicente del Bosque, en el Amsterdam Arena. | Afp
Hombre, es que además no nos han metido ni tres. Si se compara con los cinco de Brasil, la mejora es francamente positiva. Además, el marqués, con su inefable lupa de sabueso para oler jugadores, nos ha descubierto a jugadores de talla como Juanmi -absoluto nombre de crack-, a Carvajal, que no lo querían ni las ratas. A una promesa como Albiol. Jugadores de gran calado para jugar a 60 metros de la puerta como Cazorla.
Y además es que tenemos a Isco. No se fijen en ese fenómeno que dice que tiene el PSV Eindhoven con Depay. Es un pobre desgraciado si le comparamos con nuestro enorme Isco, el de las piernas increíbles, el as de parar el balón y todos los contragolpes.
Cada día, precisamente en ese terreno, el marqués, nuestro gran seleccionador, ensaya con mayor precisión cómo marcar un gol debajo de larguero o cómo meter tantos en el área pequeña. Nuestro seleccionador es un genio y, en ese sentido, está descubriendo el fútbol moderno a pasos agigantados.
Seguro que culpará a Vitolo y Morata. Y es que no saben jugar al fútbol de área pequeña, como los Silva, Cazorla, Iniesta, Cesc, los que el marqués Del Bosque nos llevó hasta las mismas lindes del paraíso terrenal futbolístico.
Ni hablar del retrato futbolístico que pintó el gran Luis Aragonés. Era un pintor o fotógrafo absolutamente reaccionario, con ese fútbol de toque rápido y vibrante. Hay que jugar al bellísimo juego de un fútbol parsimonioso, lento, brillante, como el de nuestro nuevo líder Isco, que no quiere tonterías como lo de mover con rapidez el balón.
Además, Holanda es una megaselección. Bien es verdad que no jugaron sus dos megaestrellas, Van Persie y Robben, pero ahí estaban esos nuevos chavales, jabatos de los países bajos.
En fín, en estos casos, siempre me acuerdo del gran Chumy Chumez y su revista satírica Hermano Lobo. Siempre hacía la misma pregunta en los años 70, cuando en nuestro país todavía no había llegado la democracia. Siempre se acababa con la misma pregunta: ¿Y cuándo llegará la democracia?. Y la misma respuesta siempre: "El año que viene si Dios quiere". Y no se equivocaron, llegó, llegó, en el año 78 . Ahora es lo mismo, con el franquismo de Villar en la Federación. "¿Y cuando se irán Villar y Del Bosque?". Ya saben la respuesta: "El año que viene, si Dios quiere". Amén.
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