REAL SOCIEDAD | 1 | 1 | FC BARCELONA |
No he visto jugar a ningún equipo en la Liga española como a esta Rel Sociedad, en medio de una estafa azulgrana arbitral y competitiva. Impresionante sociedad. Un fantástico equipo ofensivo, defensivo, glorioso, espectacular en su estrategia. Estructuralmente, perfecto. Increíble la Real.
Pues… no ganó.
¿Por qué?. Porque dos pases a la red del gran “jalisco” Carlos Vela se marcharon al postre y al larguero, mientras se pedieron de tres a cuatro ocasiones claras de gol, con la pedrea final de Granero, que parecía que jugaba a favor del Barça. Y lo peor. Un arbitraje sibilino, de protectorado barcelonista, con un trencilla que parecía seleccionado por Gaspart y que firmó la injusticia más grande con el gol anulado a Juanmi, más legal que la estatua de Colón en la Ciudad Condal. Otro robo de la mancomunada santa inquisición directiva, con inquisidores protegiendo a al Barça.
La polémica se centra en Luis Enrique, según la caverna mediática de los diarios forofos del Barça. Pero, ¿que polémica?. Aducen que Luis Enrique, a lo mejor, no quiere renovar, cuando es sólo un pobre técnico, que nadie entiende como llegó a la Roma, precedido de una fama absurda, donde fracaso, con un Celta que lo dejó al borde de la histeria y a un Barcelona, que como se ha demostrado últimamente, no gana ni con Messi.
¿Entonces?. ¿Cual es la polémica?. El supositorio se lo deben meter al menos imaginativo de los presidentes del Barcelona, Bartomeu, que tiene al Dr. Robert, como el de la canción de los Beatles en ”Revolver”, como el más inútil secretario técnico de la historia azulgrana. Ver a Andrés Gomez como trotaba por Anoeta y pensar que ha costado sesenta millones de pesetas, me parece la mayor tomadura de pelo desde que Zubizarreta fichó a Dougles, que por lo menos era más barato. Y este es el mejor. Los otros fichajes de otros cien millones ni juegan.
Luis Enrique no tiene plan. Ni con Messi ni sin Messi. Lleva dos años de prestado en el equipo,a pesar de contar con el mejor jugador de todos los tiempos. Un Messi que volvió a ser el “salvador”, el “redentor” de su equipo en la única jugada azulgrana con cierta tino. La sociedad de Los Tres Sudamericano está disuelta por incomparecencia supina de Neymar -siempre le pasa algo- y Luis Suárez, que parece que jamás regresó de Montevideo.
Que Bartomeu se preocupe por el futuro con Luis Enrique, cuando tiene a Eusebio sentado en el banco de Anoeta, como artífice del baile, regodeo y ridículo que le proporcionó al Barcelona, me parece un escarnio. Es tan injusto que huele a tostada quemada, a la que no se puede poner mantequilla.
La Liga ha podido sentenciarse en Anoeta. Una vez más, como hace dos años, como el año pasado. Sólo el liberador Messi y un patético trencilla volcaron la balanza hacia un resultado tan injusto como el fuera de juego en un futbolín. ¡Que vergüenza!
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