LA RULETA RUSA DEL ‘CHOLISMO’

Estoy absolutamente convencido de que la suerte de los penales, la suerte del juego, incluso la supervivencia en la ‘ruleta rusa’, aunque la pistola hubiera tenido 20 balas en el cargador, el tiro final se lo hubieran dado los de la luz Philips, con sus bombillas de bajo consumo. ¿Por qué? Porque, como casi todas las religiones, el ‘cholismo’ tiene como marchamo, como eje principal, la fe y no existe ningún técnico en el mundo, ningún equipo en el mundo con la fe del Atlético de Madrid. Tenía que llegar a cuartos indefectiblemente.

Por eso le dije a un amigo que el Atlético lograría la clasificación, aunque estuvieran pegándose tiros a penaltis hasta el amanecer, como en los ‘spaghetti western’ del gran Sergio Leone.

El Atlético no jugó bien. Peca y peca con el mayor pecado del fútbol, la falta de un rematador, la ausencia del gol de la redención. O la manera de manipular un sistema que produzca acciones de peligro y que no sea precisamente a balón parado, que ahora ya ni ocurren. Pero el ‘cholismo’ es fuerte física y mentalmente. Más que nadie.

El PSV comete los mismos pecados que el Atlético. Cocu, el técnico de Eindhoven, jardinero como el que más, destila con su filosofía un equipo muy bien centrado, con movimientos muy trabajados. Un equipo en conjunto, aunque carece también de un goleador. De Jong es un tronco, pero malo, malo. Debe de meter goles de cabeza cuando su equipo domina. En el Manzanares no era el día para los testarazos. Se necesitaba más imaginación.

El Cholo estudia y estudia, pero también se equivoca. Y se equivocó dando las luces del gol. Fía demasiado su fortuna a Griezmann. Le expone a una presión que no siempre responde, porque no es precisamente un goleador. Y con pocos espacios, el PSV no los iba a dar. Además, Carrasco no es el futbolista que conviene cuando apenas hay contragolpe. Faltó alguien y el Niño Torres es ya muy mayor para ejercer de héroe.

Simeone rectificó, pero mal, al tener que invalidar la posible astucia ofensiva de Koke y retrasarlo al doble pivote. Bueno, se ha equivocado mucho en la elección de plantilla esta temporada. Su caso Jackson es el más llamativo. Así que no creo que tenga una plantilla tan insuperable como se dice. Se tiene el ‘cholismo’, la fe y la religión del esfuerzo. Ese es un equipo que corre y no se mira el ombligo.

La fe mueve montañas, pero tiene también su final de recorrido. El PSV era una de la ‘peritas en dulce’ de la Champions y el ‘cholismo’ no le ha hecho un gol en en 210 minutos y ha tenido que jugar a la ‘ruleta rusa’. Demasiado sufrimiento, aunque estemos cerca del Viernes de Dolores, que es cuando conocerá su nuevo equipo ateo.

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