LA TRISTEZA DE LA ROJA

ESPAÑA10BOSNIA

La selección hizo otra vez el ridículo. Estuvo a punto de caer en tercer partido consecutivo sin victoria, aporreados por los fracasos de Sevilla y Zagreb. Luis Enrique nos volvió a dar un recital de incoherencia, como si jugara a la gallina ciega más que al fútbol. En busca de un alquimia que no tiene fórmula. Lucho, una vez más, en estado catatónico, quiso ganar a la pobre Bosnia, con un sólo delantero, Morata, con Asensio de medio derecho, con esa petulancia de poner a Jony y sus inventos del TBO. Me temo que Luis Enrique no es el seleccionador que se necesita.

Ves a Isco como capitán y líder de la selección y es como si al fútbol español empezaran a torturarlo con la gota china. Es la defunción de un sueño. El final de aquellos días de vino y rosas, como el mejor equipo del mundo.
En todos los procesos de melancolía hay muchas causas que provocan la crisis. La génesis se inició el grave error de la continuidad de Del Bosque, tras la vergüenza en el Mundial de Brasil. El marqués no podía seguir, porque jamás iniciaría una renovación de jugadores, de estilo o de personalidad. Luego, el escarnio del presidente Villar en la cárcel, una Federación provisional y el final de un presidente sindicalizado que no da la talla ni profesional ni carismáticamente.

El actual proceso castiga porque la selección ha tenido tres seleccionadores en tan sólo unos pocos meses, con la invasión de un “enfant terrible” desagradable como es Luis Enríque, que ha convertido a la selección en un una caja de truenos, sin equipo titular y perdido como un náufrago en una isla perdida del limbo. Sin timón ni estilo de juego.


Con la España actual del ínclito presidente del la Liga, empeñado en publicitar a una Liga catalana, del mediocre presidente de la Federación y un impertinente seleccionador se agudiza con un caos selectivo. España tiene buenos jugadores, pero no grandes jugadores. No lo son Isco, Asensio, Ceballos, Morata y compañía por sólo citar a los más significados. Los genios nacen y no se fabrican con campañas de marketing.

Es el final de un sueño maravilloso que va a padecer unos cuantos meses de paréntesis que no alimentan las esperanzas. Se ha acabado una época y comienza otra, que no tiene la mejor cara.

Hay un enorme pozo de depresión, que se agudizó incluso en la Gran Canaria. España se ha convertido, simplemente, en una selección vulgar, como demostró en el Mundial de Rusia. Así que no perder la Primera División en la Liga europea es incluso un resultado bondadoso, dado el estado actual. España se queda en en la era diocleciana o era de los mártires aficionados.

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