LOS AULLIDOS DE LA CAVERNA

La clave de la oxidada siesta pasada por agua de Getafe es que los aullidos que salen de la caverna madridista rechinan en los oídos del Barcelona. Son aullidos que dan miedo a Luis Enrique y los héroes catalanes, que pasan por una crisis mulltiplicada por la ascensión al poder de Zidane y sus ‘jedis’. Los lobos blancos y hambrientos se quieren comer al líder. El Barça se siente atrapado por el lado oscuro de la fuerza.

Aunque jamás entendí la razón por la cual al Madrid se le asocia con la caverna, cuando el nacionalismo del Barça es el más reaccionario, retrógrado y anti progresista del la escena política, sea o no del deporte.

Estos partidos del Real Madrid contra el Español, el Rayo o el Getafe dan náusea a los barcelonistas. Consideran que todos son filiales del Real Madrid y que siempre se van a dejar ganar. Excusas de mediocres cuando el Barça desayuna con la crisis de Luis Enrique, almuerza con los errores de la directiva y cena con el más grave problemas: su gigante Messi se ha convertido en el pobre mago de Oz. Por no hablar del travestismo de Alves, la preocupación de Neymar por el fisco y la obsesión de Suárez, que va a ser mirado con lupa por los árbitros tras sus últimos mordiscos ilegales.

Creo que Cristiano Ronaldo se equivoca en su fútil ambición por ser Bota de Oro. Tras el esfuerzo en la Champions llegaba tarde a todo, le pusieron tres goles en bandeja y no tenía la frescura necesaria para empujarlo. Tuvo que regalarle uno Jesé cuando el partido estaba en el infierno. Se equivoca gravemente con no descansar, porque a su edad y no siendo Superman,  no corre fresco, está mal. No puede jugar andando como Messi. No tiene ese estilo. Hizo un partido mediocre.

Me preguntaron el otro día por mi teoría de que sólo marca goles a los equipos menores. Y sigo diciendo que ésa es la respuesta correcta. ¿Me van a decir que el Wolfsburgo no es un equipo menor? Vamos, por favor.

El Getafe huele a Segunda irremediablemente. No sé que pinta, salvo la desesperación, que Esnáider entre a seis jornadas del final. Sólo para afirmar la defunción. Es un pesado lastre un jugador como Pedro León, que debió ser expulsado y el vergonzoso Álvaro Vázquez, que fue a hacer daño a Ronaldo a propósito. Son los típicos tipos que llevan a Segunda a sus equipos.

Reforzar mi teoría que James e Isco son rémoras mediocres, que provocaron que el segundo tiempo el Getafe se refrescara cuando estaba en el corredor sin retorno. Ni corren, ni mejoran nada. Y como dije hace años, hasta Isco es un poco mejor que el colombiano.

El Madrid se sustentó en Getafe con Pepe – en gran forma- y Varane, que hasta en sueños es 10 veces mejor que Ramos. Y, adelante, Bale, que es el único que corre 20 metros seguidos y no se cansa. Keylor Navas parece un gato, pero es que su pequeña estatura la disimula con su agilidad.

En cuanto al cadete Zidane, francamente, me gustó su apuesta ofensiva desde el primer minuto. En estos partidos no sirve para nada jugar con cinco centrocampistas. Mejor con cinco atacantes. Zidane parece que tiene la suerte de la estrella que lleva arriba desde que se dedicó al fútbol. La estrella de la suerte. Cada día le veo más el círculo de los santos en su cabeza. El aro de la luz de personajes sagrados en el fútbol. El Santo Zidane, mejor que el Mesías.

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