MADRID NO PUEDE TENER CUATRO EQUIPOS EN PRIMERA

Una vez más,  el Var actuó a favor del Madrid y sentenció injustamente a un Leganés, que le dio un repaso de juego, voluntades y sentimientos a un Madrid parapléjico que solo tenía el título en la mente, como esos pensamientos en los cómics.

El tronco insoportable Jovic cometió un penalti a la zamorana y el Var no podía ayudar a un desheredado, pobre Leganés. Con un reglamento absurdo en que le pueden quitar a sus delanteros y que encima la Fifa ayuda aún más a los poderosos, a los de dos equipos titulares, con cinco cambios por partido. Eso no me parece fútbol. Me parece baloncesto.

Todo el estamento federativo y arbitral han dictaminaron sentencia de descenso, desde muchos antes para el Leganés. Se veía, se intuía. Madrid no puede tener cuatro equipos en Primera División, mientras que Barcelona se ha quedado con uno sólo. Recalco, cambio y corto.

El partido del Madrid, como muchos otros de esta pandemia, fue desastroso. Lucas Vázquez un coladero, Valverde ni Isco sirven para crear juego, por no hablar la locuras sinrazón de Vinicius y agotado Benzema, que ha sido como “el gato con botas “en esta Liga.

En plena orgía de celebraciones, el dios Zidane ha llegado a decir: ”Yo soy, como soy” , que recuerda sin remisión al “Yo soy el que soy”, cuando Yahvé se lo dije a Moisés en el monte Sinaí, en plena “zarza ardiendo” por la conquista de la Liga o la tierra prometida.

Pero ya contará Zidane como resuelve el futuro de sus diez mandamientos con los “matusalenes” Sergio Ramos, Modric, Kroos y Benzemá y como podrá mantener la zarza ardiendo con el fenómeno Lucas Vázquez de lateral, Militao de ayudante, Isco culo gordo de genio, más el “pelé” Vinicius y… Asensio. Es cambiar a Ronaldo y Bale por Vinicius y Asensio. Surrealista.

El valido de Florentino no ha hecho más que cometer errores en los fichajes. Ya no hay “galácticos”, sólo cohetes chinos que fallan porque son como fuegos de artificio.

Por si fuera poco, llega como “asesor” de Florentino, el eterno Casillas, que padece claramente el síndrome de Erostrato. Tras su fracaso como candidato a presidente de fútbol, busca como sea adquirir notoriedad o a fama. Es pura enfermedad.

El «dios» Zidane se ha despedido de su “odiado” Bale, como no podía ser de otra forma, «a la francesa». El galés ya está con su golf querido. Nunca volverá y todos los que defienden al cojo Hazard, al tronco insufrible de Jovic se han quedado sin mono de Pim Pam Pum. Pero lo que Zidane jamás podrá borrar es que Bale, en una final de Copa de Europa, marcó de una volea más maravillosa que la suya en otra final de Champion.

Me decían que este título madridista, rarísimo de Var y penaltis, siempre a favor del Real Madrid, casualmente, no significa nada para el vacío, la muerte futbolística de un deprimido Messi, que jamás pudo ser el mago de la lámpara maravillosa. Quizá oxidada por su su edad y por la pésima gestión en ayuda del vaquero Setién. Zidane es el dios coronado campeón del coronachino. Así que no salimos.