EL MAREO DEL SPORTING

REAL MADRID21SPORTING GIJON

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El público del Bernabeu pitaba, se revolvía ante su equipo, mientras el casi colista Sporting le bailaba al ritmo de la lluvia o quizá de la “marsellesa”, versión Serge Gainsbourg. Más que miedo era pánico por perder un partido de tormenta. Más bien, diría que un choque de coñac y manta. Y menos mal que los efluvios etílicos podían disimular el mal cariz que tomaba el lance para el equipo blanco reciclado. El espectador se olvidaba de lo malo y sólo se pensaba en las excelencias de un Real Madrid imbatible. No le quedaba más remedio al aficionado.

Aunque, realmente, es insoportable para el hincha este Real Madrid que conduce Zidane. No me quiero referir a la mediocridad táctica del marsellés, porque se demuestra partido tras otro. Se trata de un equipo sin contenido ni continente. Un sin fin de medias puntas, que ni defiende ni atacan ni ven el gol, sometidos a la fiabilidad del jerarca Ronaldo.

Aún así,  los mandarines le salvan por aquella estrategia de dios menor, defensivo, en el Manzanares. El seguidor madridista, que es un espléndido conocedor de fútbol, reacciona con pitos, porque  no puede vivir su júbilo loco y maravilloso que se encuentra justo allí, en el limbo.

El público del Bernabéu se rascaba la cabeza, como si la tuviera llena de hormigas, porque le dolía ver como en el segundo periodo, simplemente, el equipo de Zidane desapareció del mapa futbolístico del terreno de juego. Las distancias de líneas eran kilométricas. El caudillo Ronaldo se había cansado demasiado. El gato sin uñas de Benzema tenía el día más minino. James Rodriguez es un incompetente para jugar en el Madrid. Pero todo , eso, ¿que más da?. Y me lo sacudirán con razón, como si tuviera el aspecto de un ratón de biblioteca futbolística.

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Los hechos es que que Zidane es el “invictus”, como Mandela. El imbatible equipo de la camiseta de plástico reciclado. Nada más ni nada menos que plástico rescatado del Oceanó Indico, como si los hindúes se hubiera olvidado de jugar al cricket. Pero sin plástico o con plástico, a Zidane entró en pánico. Hasta el punto que retiró a Ramos no fuera a ser que en una de esas embestidas del Mareo sportinguista, el capitán se quedara sin billete de avión a Barcelona. Desgraciadamente, Nacho hizo penalti y la zozobra se volvió casi en tragedia. Apareció la herradura de la suerte. ¿De quien?. Ya saben.

La lluvia desdibujó la letras de los Emiratos, aunque creo que en la  camiseta reciclada no se había incluido la publicidad y había una segunda debajo. El caso es que sin Emiratos fue como si el Madrid  ya no pudiera volar hacia el sol. Se dice, que pagó el esfuerzo de Lisboa. Es muy posible en jugadores como Lucas Vázquez. Por cierto, ¿se echó de menos a Bale?.

¡Quiá!. Para los mandarines Lucas Vazquez es el titular de la banda derecha. No hay más discusión. Así que todo queda visto para sentencia para el próximo sábado, en el Camp Nou. Llega el imbatible de plástico  a la Ciudad Conda

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