BARCELONA | 0 | 3 | JUVENTUS |
Un “twitter” me decía que ya sólo le faltaba al Barça, todavía de Messi, que como segundo de grupo, le tocara el Bayern Munich y los alemanes le metieran una docena de goles.
Es un disparate, al borde del catástrofismo lo que vive este equipo catalán más allá de la desesperación. Arruinado, sin directiva, sin poder pagar a los jugadores y con Messi que parece, aparentemente, que desarrolle su su propia huelga personal.
No es congruente de que siete disparos de Messi a puerta, los siete fueran a la manos veteranas de Buffon. En la decadente Ciudad Condal asegura que la culpa es de Madrid y el despotismo económico de la Comunidad, ya que Catalunya es “mes que un país”.
Se hablaba de un duelo en el «OK. Corral» con, mister Ronaldo de Kirk Douglas y Messi de Burt Lancaster. Pero mi pregunta estática y simple: ¿Messi es todavía jugador del Barcelona?.
El fenómeno de Rosario como una absurda sinfonía sin compas, ni ritmo, “desafinada” que llega tarde, desanimado, desesperado. Francamente, siempre he sido el primer admirador de Messi y ahora sufro mucho, porque le veo que él también sufre, de manera desesperante. Messi ya no parece un jugador del Barcelona es una entelequia, un verso suelto moribundo de un poeta del fútbol que escribe con sus últimos renglones torcidos.
Luego tenemos al al gran «narciso» Ronaldo. Es que ha metido dos goles. Pero de penalti, ha sido una sombra sospechosa en el lado izquierdo juventino y me consta que la familia Agnelli no sabe como como deshacer en agua este “alka seltezer” , que cuesta cuarenta millones al año.
Por todo ello, al pensar en este partido, me pongo triste. Como se ha precipitado la decadencia de Ronaldo y Messi, por mucho que la propaganda trate de re-inventarlos. Y es mucho peor pensar que Mbappe y Haaland son los herederos son los descendientes. Entonces, repudio soberanamente esta decadencia de este fútbol pandémico.
Creía que Koeman había aprendido a “torear”, como aquella película de El Cordobés. Pero es un holandés y lo único que sabes es criar tulipanes tan marchitos como De Jong, Pedri y Trincao.
A veces le veía la cara al técnico y era lo más parecido a un desesperado que ha entrado en estado de pánico. ¿Se podrá comer el turrón navideño?. Al ritmo de desastres, de equívocos o defunciones de sus alineaciones el futuro es pútrido, desesperante. El último despropósito de Bartomeu, en medio de una gestión devastadora, es no haber dejado que Messi se fuera, porque como continuidad como barco insignia, no sólo está desbordado, sino al borde del hundimiento en plena fosa de la Marianas.
Los comentarios están cerrados.