NEYMAR Y SUS TOYS

“Neymar no vale trescientos millones, me parecería una broma de mal gusto”. La frase es de un directivo del Real Madrid, pero me la guardo, porque la Directiva blanca es como el “politburó” soviético. Amén, señor presidente, que es quien paga los avales.

En uno de sus artículos, el periodista Jonathan Swift, uno de mis héroes, el autor de los “viajes de Gulliver y sus liliputienses”, escribía que hay bromas feroces y fúnebres. Fue el inventor del humor negro. Se puede aplicar en el caso Neymar, que hizo un partido lamentable y que llevó a Brasil al fracaso, como Argentina, y su ídolo de cansancio Messi. No se puede sobrevivir a un jugador que es como Robinho, como si hubiera vuelto a nacer. Neymar es una broma comparado, por ejemplo con Ronaldo, el Cristiano. Que el Madrid se gaste los millones en Neymar y desprecie los que pide Ronaldo es otro tipo de humor negro.

Ha fracasado el campeón del mundo, incluso Argentina, Brasil, hasta España. ¿Saben ustedes por qué?. No hay que tener imaginación. Son selecciones con jugadores achicharrados, con disparates de números de partidos. Sesenta, setenta. Cuando llegan a junio, a un Mundial, ya no sólo están sin baterías; lo peor es que no quieren ni reponerlas. Son como conejos del anuncio.
Una vez más, Suiza me demostró, como se decía siempre, que cualquier selección hace relojes de cuco. Los suizos con un fútbol equilibrado, con ese soberbio entrenador que es Petkocic, que ya le dio un repaso a Lopetegui recientemente. ¿Se acuerdan’. Con lo que se demuestra que no hace falta acudir con la desfachatez de tocar los milindres a la selección española. Por los menos que se muevan los millones en el banco suizo.

Brasil solo teine jugadores en la extrema unción física como Thiago, Miranda, Marcelo, el torpe Casimiro, Williams, inenarrablemente desdibujado, Gabriel Jesús. Y la gran esperanza de la cresta de oro, con sus “toys” absolutamente fatalistas, el ídolo de cañas y barro, Neymar con el que podemos actuar como en el “satiricón” de Fellini.

Me ha impresionado Behrami, ese jugador del Udinese, que parece el corredor del “marathon”, que aparece en todas partes y que es incluso listo con la visión de juego. Una vez más se demuestra que los “buhos” más que “aguilas” de los oteadodores de los grandes equipos , son tan chapuzas como los de una película de indios, cuando meten la pata y aparecen por milagro, para salvarla a la tropa, los del séptimo de cabalerria. Ellos sólo se fían por los “retuits”, los “sombrajos de la estupidez” y demás derivados de la sociedad actual. Como la palabra “scouting”, que los ingleses la utilizan más para evaluar las chicas que hay que ligar. No hay más que ver que el Madrid quiere fichar al meta brasileiro, que se traga un gol a un metro de sus narices.

Al comprobar el espíritu indomable de Islandia, Mexico y Suiza es para creer que en el fútbol todavía no domina el ejercicio siniestro del marketing, como el ejemplo de que el Madrid quiere colocar a Neymar. Humor Negro en la Casa Blanca.