Prefiero creer que la posición tan retrasada de Messi, casi siempre a 10 o 15 metros del área, es un particular síndrome del propio fenómeno argentino, porque sabe que su explosión física, a su edad, es más propicia con metros por delante. Jugar cerca del área podía cuando era más joven. Cuando quebraba en un milímetro.
Pero puede ser idea de Lucho para que Suárez tenga más terreno por el centro. Al final, Messi siempre concurre por el centro, que es donde más hace daño. A falta de la felicidad anterior, prefiere no jugar por los costados.
Pero es patético para ese sistema pútrido de Luis Enrique que sea ajusticiado si Messi no carbura, si no encuentra el gol, entonces el Barça desaparece, se derrite como un helado en el calor húmedo romano. La velocidad de balón cuando el Barça atacaba era tan lenta, parsimoniosa y desprovista de imaginación que se convertía en un absoluto bodrio, aburrido, como una película de Isabel Coixet. El Barcelona adormiló hasta los lobos que amamantaron a Rómulo y Remo.
Además, los romanos invocaron el Ave Cesar, a ese lateral llamado Florenzi, que se ha convertido en un héroe por el gol que le metió al libero Ter Stegen, que es como un friki en la portería. Capaz de lo mejor y de lo peor. El otro gol, el de Luis Suárez fue en fuera de juego, como una pizza rectangular, pero no vamos a invocar nuevamente la misma cantinela de que Villar es el árbitro del Barça en la UEFA. Ya se ha demostrado en multitud de ocasiones.
Tengo un buen concepto del afrancesado Rudi García, pero no se entiende que a un zurdo como el meteórico Salah le ponga por la derecha, donde estaba otro jugador rápido como Jordi Alba, cuando en el otro lado estaba Sergi Roberto, que es como una madre de lento. Salah se hubiera hinchado con su velocidad por el lado izquierdo. Pero, ¿quién entiende de fútbol?
Este Barça recuerda una vez más a aquel torpe, lento, sin fibra equipo de la Supercopa, cuando fue un "bluff" con el Athletic. Es posible que Messi no sea Superman, pero quien diga que este es el actual campeón de Europa se tropezaría con la puñetera realidad.
El marxista-leninista capitalista Jaime Roures le ha salido el "tiro por la culata". Creía que iba a hacer el negocio de su vida con venderle a Movistar-Teléfonica el paquete de la Champions-Uefa por un montante casi similar a lo que había pagado y se ha encontrado, que Alierta no ha picado. El amigo del "suegro" de Cruyff puede perder millones, porque su BeIn-estar es una puñetera mierda. Para verlo en el ordenador utiliza una aplicación que es de Microsoft, que es una chapuza y que nadie puede ver. Y mucho menos los que tenemos Mac, que estamos castigados. Menos mal que nos salvó la tableta. Roures, con esta catástrofe, puede que vuelva a escribirle los comentarios a Cruyff…
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