ATLETICO DE MADRID | 2 | 0 | ATHLETIC DE BILBAO |
Me ha llamado la atención que el Atlético de Madrid haya hecho un partido práctico, pragmático y resolutivo tras el esfuerzo del otro día ante el Bayern. Ha tenido dos ases en el poker en el partido, con el increíble Oblak, al que debíamos llamar el gran “hombre araña”, el Spiderman del fútbol. Y Correa… Sí Correa , al que la la maquinaria de los Gil lo quería desterrar en Italia y que no sólo revolucionó el cansino y poco imaginativo ataque madrileño, sino que fue clave para que el Atlético “claustrobófico” de Simeone recuperase el olfato del gol. Un instinto canino que lleva perdido desde el inicio de la Liga.
El Atleti ha tenido que correr para desenmascarar a un Athletic, que una vez fue líderes en los inicios y que hincharon el globo de la ilusiones, cuando padecía la realidad de sus problemas para hacer un gol, tantos o más como el Atlético.
Williams, con el sistema posicional de Garitano, ni tiene metros ni recorridos para destabilizar. Por otra parte, a Muniaín, sin duda el mejor jugador bilbaíno, ayer le hicieron jugar veinticinco metros más atrás de su posible efectividad.
Es posible que Garitano se haya creído que que las posibilidades de su equipo sean absolutamente incorrectas con la realidad. Pero también me pondría contestar que Oblak salvó tres goles, el primer decisivo como si fuera el mismo dios de la portería. No me extraña que Oblak sea el que más cobre de la plantilla. Pero, cuidado, como Simeone siga tacaño, el “hombre araña” se querrá ir a un equipo que gane muchos más títulos.
Es más que probable que Simeone, ante los gritos de protesta, se haya estudiado mucho este partido. Es un gran estratega y, sobre todo, un enorme psicólogo. Ha limpiado la condena a Koke, con gran inteligencia. Unos adoquines bien puestos y justos, ante un capitán que quizá no roce la frontera de la perfección, pero que sigue siendo estajonovista en la mentalidad de Simeone.
Aleluya por Morata, que necesitaba como el aire, dos goles en dos partidos. A veces es irresponsable su infra capacidad de discernir su propia calidad ante el gol. Que pena que no tenga la garra se Diego Costa, que en cambio ha perdido el contacto con el fútbol- gol.
No era un partido, a priori, un bicoca para el Cholo, pero ha resumido la inteligencia con su absoluta dedicación por la metamórfosis de su fútbol que siempre pervierte el gol, con la deificación de sus sistemas conservadores.
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