RONALDO, A DESCANSAR

El último acto de Ronaldo en Brasilia ha sido el de la frustración. Como si todos los santos le hubieran abandonado. Sobre todo, el gol, su ángel de la guarda. ¿Cuántas ocasiones mollares se le escaparon?  ¿Seis, siete, hasta ocho? Parecía un viejo goleador con la pólvora mojada. A mí me dio hasta pena.

Sí, porque luchaba, corría hasta cojo. Siempre con la espada de Damocles por si se lesionaba y él seguía intentándolo con una selección como la suya, a la que le faltaba el aire de la capital brasileña. Ronaldo debería pensar si haber jugador lesionado le compensa de este fracaso personal.

Hasta Moutinho se convierte en un jugador vulgar, sin sentido del juego, cuando tienes a un equipo como Ghana que no para de correr, que te persigue hasta la extenuación y con jugadores, desgraciadamente, que no saben competir. Aún así, todavía no me explico cómo Estados Unidos pudo ganarle a la selección africana. Cuestión de suerte con aquel gol de Brooks a cuatro minutos del final.

Bueno, este es el "duelo" de funeral ibérico, la pequeña tragedia de España y Portugal, otras dos selecciones europeas derretidas por la climatología, por los elementos. Y, sobre todo, por tener jugadores en Ligas mayores y no la patraña de la Liga norteamericana, que encima se ha clasificado. En fin, ya sabemos que es un Mundial manipulado por las fuerzas de América. Que se lo celebren con una caipirinha.

Portugal es el fiel reflejo del perezoso del  Amazonas. Un animal que se mueve a tres por hora y que lo copió Grimaldi para hacer el muñeco de E.T. Efectivamente, como los "perezosos", los equipos europeos son como extraterrestres, en otro mundo. Hasta donde las distancias son caóticas. Es el peor Mundial que recuerdo. Y mira que los de México han sido malos.

Dije desde el primer día, desde el primer momento que le robaron a Croacia que este Mundial me olía al Mundial de Argentina de Videla. Demasiados intereses políticos, económicos, oligárquicos para que el fútbol sobreviva. Imaginen si Brasil no es campeón en ese país al borde de la insumisión general. Al final, como en las dictaduras, todo se reduce a pan y fútbol. Pero la tragedia de Europa en Brasil sigue aumentando su leyenda. Alemania tuvo que lidiar contra el diluvio universal en Recife. Cada día pasa algo. Y nada bueno para el fútbol. Este calor, hasta dicen los uruguayos, que volvió loco a Luis Suárez,  hasta convertirlo en un personaje de la isla del doctor Moreau.

           

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