ROYAL BALE

Gareth Bale fue el prólogo y el epílogo de un partido veraniego con luna llena. Jamás, en ningún momento, el Real Madrid soportó los nervios y taquicardia de otros lances en Anoeta. Tuvo como vacuna el cabezazo de Bale en el primer minuto, con el que inmunizó a su equipo y le metió el veneno en la piel a la Real.

Aunque nada más que echar un vistazo al equipo titular de la Real Sociedad de Anoeta, el pesimismo debe ser la el síndrome de Eusebio. La Real no tiene plantilla siquiera para suspirar a permanecer en Primera. Fue un constante desastre como equipo, con equivocaciones de aficionados y una virulencia en las entradas y en el juego en general , que apuntan a lo peor para su futuro.

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Es decir, que el primer envite que aparentaba ser una un trampa para los intereses madridistas tan superlativos esta temporada en la Liga, fue una ridiculez. Un verso suelto, con el destello de Marcos Asensio en su gol, aunque el pase de Varane fue decisivo. Y, luego, los goles de Bale, que es lo que se se le pedía, aunque he visto al galés con un par de kilos de más y sin la forma suficiente, pero con lo que tenía, pareció suficiente.

No me gusta el Morata que nos ha traído la Juventus. Repito que no es el ariete que necesita el equipo centrocampista de Zidane. El Madrid precisa un goleador, un jugador de área y no un eclipse que juega de espaldas a la puerta, aunque haga jugadas de mérito. Y lo escribo ahora para que luego digan que escribo con ventaja. El Madrid de Zidane tiene el grave problemas de la espina dorsal del equipo, tan decisiva en el nervio y la electricidad en un equipo. Jugará con un portero que está bien como Keylor, pero no es De Gea ni Oblak ni Courtouis. Tiene a Casemiro, que está bien, pero no es Busquets, Toure, y tantos otros. Tiene a Morata, que está bien, pero no es ni Levandosky ni el Kun ni nada que se le parezca.

El problema es Zidane, que dice que no necesita a nadie, que con su talento a base del sistema de moda en el fútbol mundial, el 4-1-4-1, le sobra para hacer a un equipo campeón. Se equivoca. El Barça parece un superequipo ante el pálido reflejo madridista en Anoeta. Jamás fue bueno en una plantilla y menos como la del Madrid, que no se introduzcan nuevos elementos cada año para incrementar la competencia interna. Las mismas caras, los mismos reproches. Los mismos monstruos, con las mismas máscaras.

Por no hablar del mensaje inequívoco de Zidane de que James e Isco se tienen que ir, buscar equipo, que no los quiere. El cuchillo de Kovacevic fue algo más que una declaración. Isco y James son víctimas de la propaganda de los madridistas que tienen opinión. Estúpidamente sobrevalorados, reclamados caprichosamente con el índice de la gloria, cuando no son más que dos vulgares jugadores., Y eso lo escribí hace ya más de dos años. Como lo del monstruo Bale. Como lo de Caaillas. Pero, en fin, Zidane es el nuevo aprendiz de brujo de Florentino.

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