BARCELONA | 2 | 2 | ATLETICO DE MADRID |

Si el Atlético de Simeone no ganó, significa que no ganará nunca en el Nou Camp. Pasarán décadas y el Atleti de Simeone se quedará en que lo tuvo, pero no pudo. Todo ello es plena miseria azulgrana, en el peor Barcelona de los últimos diez años, a la altura aquel Barcelona de Ferra Serrer o peor, con la sombra del Tata Martino, cuando precisamente el Atleti le robó una Liga, tan sólo con un cabezazo del uruguayo Godin.
Messi se sienta en el diván del psiquiatra. Un Messi freudiano se quita la barba, vuelve a dejársela y al siguiente partido, vuelve a afeitarse, con el reclamo de corte de pelo germano, a lo “wehrmacht”, pero sigue sin salirle nada, a excepción de la pena máxima. Como sabe que está desquiciado comete una falta y desacredita al árbitro, con un gesto de ira y soberbia.
El resultado clínico no puede ser más claro. Messi no es el Messi de siempre. Eso deja a Setién al borde del cadalso. Y si falla en el próximo partido, se lo follarán. Ya nadie aguanta más. Ni siquiera el mediocre Bertomeu. Esta claro. ¿Como puede llegar Setien a la Champion?. Sería un disparate.
La perdida del “toque” Messi es el gran problema del “menys” Barça. Claro que la falta de personalidad de Setién y el metepatas de su ayudante Sarabia ayudan a ese caos que se ha convertido el equipo azulgrana.
Sin la personalidad de antaño. Con cuatro centrocampistas lo que provoca una anatema en las propias creencias de Setien. Un puñetero sacrilegio, en lucha por salvar su pellejo. Pero su tibia defensa sólo se reducen a la magnitud alemana de Ter Stegen.
A Setién se le nota demasiado su complejo ante Messi, a la dictadura del argentino en el vestuario, que es capaz de exigirle la salida de Griezzman y ampararse personalmente en su propia guardia pretoriana, con su compadre del mate Luis Suárez y el vecino chileno Vidal, que fue el culpable del absurdo penalti sobre el belga Carrasco, que creó problemas a un excesivo libertario Semedo, que por contra logró un penalti, gracias a los kilos de más de Filipe, tras su aislamiento.
Creo que Simeone tiene complejo con Marcos Llorente. A pesar de su acierto en la posición mágica del madridista, no confía nunca en él todo el partido. Prefiere a sus peones, a su guardia personal, tan raquíticos como Correa o el desquiciado Diego Costa, que siempre fue una rémora. Es cierto que el Atleti no confiaba tanto en su físico en la segunda parte, pero con Llorente el niño bonito luso, Joao Felix hubiera resultado decisivo.
Lemar está sentenciado en el equipo. Perdió un gol hecho, cuando al Barcelona ya le hubieran puesto la cuerda en el cuello a Setien. Pero es que en el último minuto hizo una falta final que provocó la angustia final rojiblanca. Nadie sabe cómo costó tanto este aprendiz de fracasado.
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