CROACIA | 3 | 2 | ESPAÑA |
“Hvala ti” no significa otra cosa que “gracias” en croata. La selección de Modric debería demostrar enorme gratitud a un pésimo planteamiento de Luis Enrique, con alineación equivocada, con un sistema que se asemeja a un coche “híbrido” entre la gasolina y la electricidad .
Uno alucina, porque Luis Enrique decide lanzar a Sergi Roberto contra el jugador más en forma y peligroso de la selección croata, el rebelde e iconoclasta Perisic. Una burrada de calibre tangencial. Pero es más: alucino, porque Sergi Roberto fue un agujero en el partido contra el Betis en el Camp Nou, donde Junior le hizo un trapo. Pero, ¿es que Luis Enrique no lo vio?. Si estaba precisamente allí. Es decir, que cada vez que salía en línea ofensiva el lateral azulgrana, Perisic era como el mismo diablo. Incluso, el horrible Sergi, que jamás será un defensa, cometió el gran error del primer tanto, que dejó sólo a Kramaric y condicionó el resto del partido.
Alucino con lo de Isco. Pero, ¿tampoco ve como está de peso?. Cada vez que tomaba el malagueño el balón, paraba el juego y la pasaba como siempre hacía atrás. Jamás jugó delante del balón. Siempre por detrás, salvo aquel disparo del primer período. Y cuando podía tirar, hasta se caía. Patético su estado de forma. Incluso perdía del balón para conceder una jugada clara de gol de Rebic, que no aprovechó porque De Gea salió bien, en el único gesto de calidad de un guardameta que decrece como el “meta menguante”.
De Gea se tragó el segundo, porque no sabe nunca que hacer ante los centros cerrados. Se quedó en la raya del gol, al excepcional centro de Modric, porque no sabe salir ni despejar de puño. Le dejó todo el espacio y rematar a un lateral como Jedvaj, en su propia área pequeña, con la mayor indolencia. Jugada ensayada, seguro. Incluso se repitió el estoque para meter el rejón de muerte a la selección española, con el tercer tanto, cuando el partido ya estaba vencido.
Por no hablar el par de inocuos delanteros zurdos -vaya “boutade” del gran Lucho- entre Rodrigo, que no mete un gol ni a la foca del Oceanografic de Valencia , por no hablar de Aspas, siempre con la punta de lanza hacia atrás. Por no hablar de Busquets, en baja forma terrible y los devaneos de Ramos, cada día más anárquico.
La selección se sustentó en un excelente partido del nacionalista Iñigo Martínez, de un ampliado Ceballos, en gran estado de forma, como el resucitado Jordi Alba y el intermitente de Saúl. Lo demás, para ir de safari a Zagreb.
Cuando digo que la selección hace un juego híbrido me refiero a que no se desatasca del penoso tiquitaca, tan reaccionario y fuera de moda. La misma Croacia fue grande en el Mundial, porque jugaba con aquella línea de cinco medios que destrozaba a equipos, como en los primeros treinta minutos a la selección de Lucho. Y no fue peor resultado para España, porque Rakitic y Modric, siguen sobrevolando sobre el nido de Suker, sin alcanzar sus alturas de cruzero. Ahora, sólo queda esperar el milagro de Wembley.
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