El pensamiento aranista se refugia en su máxima expresión: "Dios y ley antigua". Se puede involucrar a Dios con el Athletic, pero no con esa "ley antigua" de que en el equipo sólo jueguen jugadores vascos y navarros. Lo que es un orgullo, un paradigma de los leones de San Mamés se ha convertido en un suplicio, en un corsé antediluviano y estúpido, si es que el Athletic quiere jugar en el siglo XXI y tener un equipo como su maravillosa afición siempre sueña.
No vale eso de que siempre ha sido así y los escrúpulos de un pasado glorioso. Si han tirado el viejo San Mámés, por qué no se puede abolir la ley antigua. ¿Por qué no puede jugar un tipo de Ciudad Real o de Murcia en el Athletic del siglo XXI? Es sumamente reaccionaria la ley antigua. En un mundo tan global pensar en aldea me parece insoportable. Las leyes además están para cambiarlas.
Le podrán cargar todas las culpas a Valverde, pero el técnico no tiene una plantilla para jugar la Liga y ser gallito y, además, ser brillante en la Champions. Lo que supone esa presión física y técnica es que el Athletic sea vice-colista de la Liga y que no se llevara una docena de goles ante el Real Madrid, porque Iraizoz salvó con sus enormes paradas un resultado que hubiese sido de escándalo.
Beñat y Carvajal pugnan por un balón aéreo en el Bernabéu. (Foto: Reuters)
El termómetro es Chamartín es muy sensible ante la puesta en escena de un adversario. Fíjense si el Athlectic actual está en un proceso mediocre que hasta hicieron buenos a Casillas- en aquel córner con pelea con Gurpegui- y a Benzema, que tras desperdiciar tres goles, metió uno de cabeza y le quitó otro a Bale, porque Cristiano se lo debía al galés. Hacer a Casillas y Benzema buenos significa que este Athletic está muy enfermo.
El Madrid se dio un atracón de juego de todo tipo: horizontal, vertical y en tendido supino. El Madrid era un cuchillo constantemente en la mantequilla rojiblanca, que por no ser, no era brusco, ni peleón en la lucha. Sólo parecía un boxeador "groggy", con los brazos caídos, a la espera de que le tumbaran una y otra vez.
Este equípo de Valverde actual ni defiende ni crea en el medio campo ni tiene delanteros, porque vivír de Adúriz, con 33 años, me parece hasta una heroicidad. Y me da pena, porque el Athletic siempre tiene que ser un gran líder de la Liga. Todavía depende de cambiar leyes antiguas y de dar un paso al frente, valiente, elemental, como fue el de tirar el viejo San Mamés y hacer uno nuevo, supermoderno, diferente y un nuevo gran templo para lo que debía ser un nuevo Athletic.
Los comentarios están cerrados.