UN ESPAÑOL PELIGROSO

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Julen Lopetegui es la segunda vez que se equivoca de alineación en tan sólo pocos partidos. Caballos no es Kross, Isco no es Bale. Nacho no es Marcelo. Sin los tres mejores jugadores del Real Madrid no se puede ganar ni al Español. Y mucho menos tras el síndrome de la Champion, con unos síntomas de superioridad absolutamente exagerados.

Zidane se fue por el desagüe de la última Liga por su exacerbado rictus de apoyar la segunda fila del equipo. Como me decía un inolvidable técnico como Juan Carlos Lorenzo: ”siempre saca a los mejores y cuando se cansen, los cambias”. Es un axioma irrefutable en el fútbol.

Resultaba patético, tras la resonancia del partido con la Roma, ver al reincidente Benzema, como único delantero, acompañado por dos media puntas, como el galápago Isco y el desorientado e intermitente Asensio. Este hizo un gol tortuoso, entre la angustia y la duda. Luego, el Madrid de Lopetegui tuvo que soportar cincuenta minutos de angustia.

Los buenos resultados del técnico españolista Rubi no parecen casualidad. Planteó un partido defensivo, sin demasiadas argucias ofensivas, pero estiró a su equipo hasta la tortura blanca, con un juego resolutivo, visceral, al que no le acompañó el gol. El Español fue vencedor a los puntos, finalmente y, desde luego, mereció el empate.

En la grada oía de todo, que el Madrid jamás puede renunciar a su verticalidad, por mucho que sea vistoso el tiki-taka del “padre Isco” . Que se desprecia el estilo del Barça y que Lopetegui es muy táctico, pero un aburrido. Puede que tengan razón.

Sobre todo, si se pierde la verticalidad de Bale, que hubiera sido el “matador” del lance, cuando el español dominaba. Pero ni eso se le ocurrió. Lópetegui lo único que ha engendrado es dudas sobre el estado físico de Bale y encima lo ha cabreado. El enfado era monumental del galés y váyase usted a saber si como dice “mi amigo inglés”, está dispuesto a irse de una vez por culpa de una mareante oferta del City, que está desesperado tras la humillación con el Lyon. Vaya usted a saber, pero hay que avisar a navegantes que Bale sólo pidió jugar cada partido. ¿Se le ha olvidado a Lopetegui?.
Bueno, se le olvidó también a Mariano, que no podía hacer absolutamente nada con un Modric, Casemiro e Isco más extenuados que el caballo Incitado, el favorito de Calígula, que encima se lo metía en la cama. Por seguir con el país de los cesares, Lopetegui se había caído antes de ese caballo del éxito.

Mi hermano, que me conoce muy bien, me recordaba hace unos días mi primera impresión cuando supe de Lopetegui. Le había dicho que carecía de carisma, de estrella del áurea de los elegidos. Y volvió a insistir que mi olfato para detectar estrellas, aunque sean de música, pocas veces me había fallado. No quiero pensar en la típica frase de “si quieres saber como es fulanito, dale un encarguito”. Me quiero equivocar. Aunque hay personas que se transforman notablemente cuando llegan arriba. La inseguridad y el poder actuan como coctel poco recomendable.

 

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