VERGÜENZA PARA LOPETEGUI

SEVILLA04CHELSEA

Me esperaba más, bastante más ante este partido que definía el cacique del grupo. Pero tanto Sevilla como Chelsea aparecieron casi con sus equipos suplentes. Así que el partido era cero-cero, “sin alcohol”, antes incluso que empezara el aburrido partido.

Sucedió que los reservas del Chelsea son infinitamente superiores a los del Sevilla, que jamás pudieron remediar el desorden, el desbarajuste que había organizado la estrategia de Lopetegui.

Lambard no quiso ni siquiera utilizar a su “asesino” del área, el alemán Werner. Pero hasta se sorprendió que Giraud le dejara en ridículo, porque el francés, algo más que un especialista y solemne rematador del área, hizo un ”poker” ante un meta junior como el pobre Alfonso, que hizo lo que pudo. Pero era como su día de angustia ante ese equipo de color “fusia” -extraño color de la camiseta del Chelsea-.

A pesar de los años, Giraud es uno de los pocos especímenes que quedan en el fútbol mundial, rodeado de medias-puntas, estrellas falsas y cuentistas del centrocampismo.

Así que Lopetegui hizo un ridículo espantoso. Nadie puede escribirlo con seguridad, pero la solemne sospecha es que el técnico ni siquiera pensó en este partido. Su obsesión pecaminosa por el Real Madrid y el espíritu de venganza ante una decisión de la Casa Blanca, que siempre le pareció injusta, le hizo poner a un equipo de circunstancias, porque no tiene una plantilla suficiente para poder ni siquiera salvar el ridículo ante los suplentes del Chelsea.

No puso ni a uno jugador importante y los que marcan el compás más o menos positivo de Lopetegui. Prescindir de Toure, Fernando, Ocampos, Munir, etc. Era viajar hacia el cadalso.

Pero lo más escandaloso y ridículo para la gestión de Lopetegui es que decidió poner a todas sus pieza fundamentales cuando el Chelsea ya ganaba por goleada y los exponía a lo que no quería, al cansancio o la lesiones. Vaya estrategia más pueblerina. A veces, ese técnico extraño que es Lopetegui, comete esos errores consecuentes con su falta de seguridad, como cuando se esconde en sus gafas de sol.

Paripatético resultado para un histórico Sevilla. Ni los historiadores más vetustos se acuerdan de un ridículo semejante en competición europea. Perder por cuatro a cero en casa es un vergüenza continental y un mal augurio para preparar el partido de la venganza de Lopetegui con el Real Madrid.

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