No es un equipo todavía. Ni siquiera un acordeón de los que acompañaban a Jacques Brel, pero no hay duda de que individualmente, los jugadores belgas uno por uno, forman la mejor selección de esta mediocre Eurocopa. Es impresionante ver jugar a la gran lista de soberbios jugadores, por encima incluso de los mismísimos maravillosos españoles.
Eso es porque cuentan con portentosas estrellas desde Courtois, el mejor portero del mundo, sin duda. Luego, el increíble lateral-centrocampista del Tottenham, Jan Vertonghen. Y De Bruyne, un pequeño genio tímido. El poderío de la «bestia» negra goleadora, Lukaku, por no hablar de Mertens. Pero, sobre todo, Hazard. Está claro que ha hablado el jugador del Chelsea con Zidane y que conformaron una estrategia deslumbrante para esta Eurocopa. Hace años que a Zidane le seduce con entusiasmo Hazard. Y se lo ha dicho.
Tras la locura de Pogba de más de 100 millones de euros, Hazard es el nuevo galáctico del Real Madrid. Sinceramente, Hazard es díscolo, discontinuo, caprichoso, pero el Real Madrid piensa que es la gran estrella mundial, dadas las facilidades que tiene Bélgica para llegar a la final. El próximo enfrentamiento de los belgas será contra Gales. Y, sinceramente, aunque Bale sea el héroe de su país, el Twain IV de Gales, no tiene nada que hacer con Bélgica, que con Courtois, Lukaku y Hazard se ha convertido en la gran amenaza de Francia, que es la gran favorita o incluso la predestinada para ganar el título, porque tiene a Platini, con todas las triquiñuelas del mundo. Es obsceno.
Lo peor de Bélgica es que no se agrupa como conjunto. Si observamos a Hazard, juega a su aire. Le importa un pito el equipo. Se trata de su propia ambición de ser madridista y salir de la mezquindad del Chelsea, aún más agravada por las próximas exigencias de Conte.
A Bélgica, para que se dé cuenta el seleccionador Wilmots, le hace falta arreglar un centro del campo que precisa la increíble distancia de líneas entre la defensa y su ataque. La pobre Hungría casi le da un disgusto por semejante error táctico. Es lo que no me gusta de Bélgica. No es una selección. Es tan solo una agrupación de soberbios jugadores. Hablemos del caso del increíble Jan Vertonghen. Tiene una técnica y un físico privilegiado, pero no está refrendado por un equilibrio táctico. Es la verdad belga: el mejor equipo por individualidades en esta Eurocopa y una aspirante a ser un conjunto. Ahí está el dilema.
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