SHAKHTAR DONETSK | 2 | 0 | REAL MADRID |
El gran torturador Zidane, el de la “gota china”, volvió a torturar al Real Madrid con una serie de acciones grotescas. Insistió con Modric y Kroos Como casi siempre, a los sesenta minutos, el par de veteranos veían pasar a los rápidos brasileños ucranianos como balas, sin piedad.
Por si fuera poco, volvía con Asensio, un jugador que no puede ser titular dado su lamentable estado físico, con la absoluta perdida de olfato del gol, como demostró en un primer período, que el Madrid inció con autoridad hasta que Zidane castigó al equipo al rincón de castigo táctico.
La segunda parte fue una macabra ridiculez de Zidane . Un equipo partido, perdido, sin moral ni ganas ni tino. Un Real Madrid camino del infierno. Por si fuera poco, Benzema dio una exhibición más de su absoluta nulidad de cara al gol. Tiene menos hambre de gol que un rico empachado de títulos y de dinero.
Benzema representa el fin del pequeño imperio napoléonico creado por el mediocre Zidane, aumentado por el absoluto negado de Varane, culpable del primer gol, que resultó decisivo y que no fue al vestuario con dos entradas criminales, porque el árbitro está mediatizado por el viejo imperio blanco. Hasta Courtois , su otra guardia de corte, está averiado, abrumado por un equipo que ve el derribo de un edificio en ruinas.
El Shaktar le proporcionó una exhibición en la segunda fase a un Zidane absolutamente ido, como un boxeador sonado, huido de la tragedia,. El equipo ucraniano certificaba el veredicto de que este “barco” de ”Zidane- Florentino” se va hundir sin remisión si no se cambia al capital del barco, al que tortura al Madrid, con sus constantes errores.
Ahora, el Madrid parece que depende del Borussia. Hay que creer más en el Nirvana que en los milagros. En la reencarnación del Madrid. Sí, porque el Borussia es el equipo germano que le metió diez goles en dos partidos al Shakhtar. Y los ucranianos ha ganado con notoria facilidad al ruinoso equipo blanco. Yo no creo en milagros, aunque el fútbol sea una epopeya de imposibles.
El estadio de Kiev me ha hecho recordar la última final que ganó el Real Madrid, a pesar de Zidane, que jugó con Isco como maestro. (?), mientras había dejado en el vestuario a Bale.
Con los dos goles del galés, se creyó su propia hazaña. Lo que no esperaba era que al final de aquel feliz epílogo, Bale dijera que si no le ponía, mejor se marchaba del Madrid y el anuncio de la” huída” de Ronaldo.
A Zidane le entró la gran depresión, se moría del susto, perder a sus “salvadores” porque veía el fracaso inmediato sin ellos. Muy cobardemente, huyó despavorido con su dimisión. Ha sido otra vez en Kiev: ¿tendrá la vergüenza de huir como aquella noche?. Aquel día se escapaba en plena gloria, ahora caería como un entrenador impostor.
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